¿Cómo ofrecer un buen juguete?; pero, sobre todo ¿cómo lograr satisfacer al mercado? Pues un artículo publicado por El Universo de Ecuador, precisa que las jugueterías prevén esta demanda y compran con un año de anticipación, cuando ya se conoce el cronograma de estrenos o las secuelas que vendrán.
“Son juguetes que creemos que tendrán demanda porque ya la tienen en otras partes del mundo, como el slime (conocido como moco de unicornio), entonces se compra y efectivamente este se vende bien en el país”, dice Bryan Salamon, gerente de la división Mi Juguetería de la Corporación El Rosado al medio.
LOS VIDEOJUEGOS EN ECUADOR
Pero no solo son los juguetes. A la par del estreno de las grandes producciones llegan videojuegos, ropa y los personajes principales en juguetes más accesorios. Con licencia y sin ella.
Así también, la oferta también incluye los juguetes tradicionales, como los carros, los balones, las figuras de acción, las bicicletas, muñecas y peluches.

Según el artículo, los juguetes se deben comprar acorde con la edad del niño que los reciba. Es así, como los lanzadores que disparan balas y son de foam no son para niños de 4 años sino para los que tienen 8, o hay carros a control remoto que no soportan golpes fuertes porque están dirigidos a los que tienen desde 10 años.
JUGUETES IMPORTADOS DESDE CHINA
El 75 % de los juguetes importados hasta septiembre del 2019 llegaron a Ecuador desde China, principal fabricante en el mundo.
Por lo mencionado, esto representa $3,5 millones en videoconsolas y máquinas para videojuegos que se han importado desde enero hasta septiembre.
Cabe precisar, que los videojuegos tienen su demanda también en los adolescentes y adultos, sobre todo los que nacieron desde la década del ochenta cuando apareció el Atari y luego el Nintendo.
¿JUEGOS TRADICIONALES O VIDEOJUEGOS?
La demanda motivó la importación de juguetes, cuyo valor acumuló $107.7 millones desde enero hasta septiembre de este año. Es un monto anual que se ha mantenido durante los años anteriores.
En su momento se creyó que los videojuegos matarían al juguete tradicional, pero en la práctica no ha ocurrido, concuerdan los involucrados con el negocio de las jugueterías.
Hay padres que prefieren no dar a sus hijos artefactos de tecnología para que jueguen hasta que cumplen los 12 o 13 años.
“El videojuego es un juego más, nadie se pasa todo el día en eso, son extremos los casos en que un niño se pasa de cuatro a seis horas en ello”, dice Bryan Salamon, gerente de Mi Juguetería de la Corporación El Rosado.
Pero estos niños también están al aire libre y hacen otras actividades, como los juegos de mesa que tienen su auge según la edad, más los drones, los modelos para armar, los rompecabezas y los educativos que requieren armar estrategias.
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