A raíz de la aparición del COVID-19, no era de extrañar que los hábitos de consumo cambiaran por unos más “digitales”.
La digitalización forzada por las medidas de trabajo a distancia y clases en casa cambió las prioridades en cuanto al consumo de tecnología, además de que la experiencia para realizar la compra se vio transformada radicalmente.
Para los próximos años, se prevé un mundo mucho más globalizado y conectado digitalmente, donde el comercio electrónico será uno de los principales canales de compra, por no decir el principal.
Muchas empresas en estos momentos están buscando perfeccionar la experiencia del consumidor, mientras que la penetración del delivery de diversas categorías va a seguir aumentando.
Según datos ofrecidos por Due.com, uno de cada cuatro jóvenes lleva menos de cinco dólares en cash, mientras que ocho de cada diez realizan sus compras y el pago de sus facturas a través del teléfono móvil.
Gracias al alcance de la sociedad 3.0, el consumidor tiene más poder que nunca, modificándose así la percepción que tienen del mundo y transformando de lleno su idiosincrasia.
Por tanto, la transformación digital no sólo está cambiando la forma en que las empresas conectan con su público objetivo, también está cambiando la exigencia que demandan los consumidores de las propias compañías.
Los usos generalizados de internet y los smartphones, el aumento de la velocidad de conexión a internet o la proliferación de nuevos medios de pago electrónicos están permitiendo un rápido crecimiento del comercio electrónico (e-commerce).
Algunas cifras ayudan a poner de relieve la importancia de este fenómeno. En China, el mercado e-commerce más grande del mundo, el 17% de las ventas al por menor ya se realizan a través de internet, y en EE. UU. las ventas por internet suponen cerca del 9% del total.
De cara al futuro, dado que las generaciones más jóvenes (entre 16 y 44 años) son las que están más «digitalizadas», el potencial de crecimiento del e-commerce es sumamente elevado.
Por otra parte, el consumo de tecnología con fines lúdicos desde el inicio de las cuarentenas en distintas partes del mundo permitió un incremento importante en la cantidad de horas de video y audio consumidas en las diferentes plataformas de streaming.
La digitalización ha reducido notablemente las barreras de entrada en muchos sectores de actividad, lo que ha incrementado muy significativamente la competencia.
Por otro lado, internet ha propiciado la aparición de nuevas empresas puramente digitales que ofrecen nuevas maneras de servir al cliente, lo que ha desplazado modelos de negocio tradicionales.