Lo que vivimos hoy en día, es una consecuencia de esta transformación de la economía que está provocando la imparable carrera tecnológica que vivimos y que ha aterrizado de pleno en el supermercado.
El motivo es la oferta creciente de servicios de supermercados online, los cuales proponen cambiar la lista de la compra en papel, por otra en forma de bits; estanterías físicas llenas de productos por otras virtuales y el carrito, por el tablet, smartphone u ordenador. A través de su pantalla, ahora se puede comprar todo lo que se necesita y en pocas horas tenerlo en casa.
Quizás dentro de poco muchos recordarán esos buenos momentos de la infancia, cuando acompañaban a sus padres para hacer la compra en el supermercado y los montaban en el carrito, dirigiéndolos por un laberinto de estanterías repletas de alimentos y otros productos para el hogar.
Con la tecnología que avanza de una manera increíble, ahora se propone un cambio importante en la manera de hacer la compra.
Del supermercado físico al virtual
El primer supermercado físico surgió a consecuencia de la idea de Clarence Saunders, a quien se le ocurrió cambiar la manera de servir los productos a los clientes de su establecimiento para poder atender a varios a la vez.
Transformó la idea clásica, de un equipo de personas sirviendo productos de un almacén a cada cliente de manera individual, dejándolos a su alcance para que eligieran los que quisieran y que los empleados sólo tuvieran que cobrar y reponer producto.
Con aquella medida, enfocada principalmente a reducir la carga de trabajo de los vendedores, también salieron ganando los clientes, al ser atendidos más rápido con el nuevo sistema y al poder elegir ellos qué mercancía se llevaban exactamente.
Los establecimientos comerciales pudieron crecer y evolucionar con el tiempo, hasta convertirse en lo que hoy en día es un sector inmenso, con millones de metros cuadrados repletos de productos dispuestos a ser comprados.
A finales de la década de los 90, empresas del sector de la distribución intentaron aprovechar la llegada de Internet a nuestras vidas para acercar el supermercado al mundo online pero no funciono.
Los primeros intentos de invitar a la gente a hacer la compra a través de la red, por múltiples motivos como, por ejemplo, la desconfianza inicial que había en todo aquello que oliera a comercio electrónico y, hablando de oler, también porque los alimentos no se podían oler, ni tocar, ni tampoco ver. Hubo una gran resistencia al cambio y muchos supermercados cerraron su versión en la web.
La idea de un supermercado online a mucha gente le siguió pareciendo buena, pero no cuajó demasiado hasta que en los últimos años la han resucitado varias empresas que lo están intentando con una apuesta muy fuerte.
Hay algunos agentes nuevos en el sector que ofrecen un valor añadido diferencial en forma de, por ejemplo, calidad de producto superior, o servicio impecable, que conviven con muchas de las plataformas de distribución tradicionales, las cuales no quieren perderse el negocio a través del canal online.
Por un lado, ponen el foco en el cliente, prestando atención a los distintos dispositivos que usan (smartphone, tablet, ordenador) para permitir que cualquiera pueda comprar cómodamente, en la calidad, en una rápida entrega a coste cero o reducido, en prestar un buen servicio.
Pero también, en el otro lado, en el de la empresa distribuidora, buscando con estos sistemas en la web, reducir los costes logísticos asociados a todo el proceso de venta de productos.
En esta nueva manera de hacer la compra, hay quien propone mezclar el concepto de lo tradicional con lo nuevo. Este es el caso de un particular supermercado online que hay en una estación de metro de Corea, en el que las estanterías son imágenes de productos situadas en las paredes del andén.
El usuario captura con su smartphone aquellos que desea comprar y así aprovecha su tiempo mientras llega el metro. Unas horas más tarde, su cesta de la compra estará en su casa. Sin duda, se trata de una ingeniosa manera de aprovechar el tiempo que la gente pasa esperando en el andén.
Hoy en día, la gente cada vez tiene menos tiempo para su ocio personal, por lo que todo lo que sea reducir la dedicación que le exigen las tareas del hogar, es algo muy bien recibido por muchos. Sobre todo, por las generaciones para las que Internet es algo normal y para las que el canal de compra online es natural.
La tecnología transforma nuestras vidas, de tal manera que actividades del día a día, como comprar en el supermercado, se transforman y aparecen opciones para llevarlas a cabo de una manera radicalmente diferente.
Puede que las generaciones más jóvenes nunca vivan esa sensación de montar en el carrito del supermercado y recorrer un laberinto de estanterías. Otras cosas llegarán y habrá otros momentos para recordar con nostalgia, lo importante es que ahora hay más opciones para poder comprar y aprovechar mejor el tiempo y el dinero.