El operador ballenero japonés Kyodo Senpaku está inaugurando locales en los que vende carne de ballena en máquinas expendedoras, tras años de lucha para promocionar sus controvertidos productos.
La Tienda Kujira (Ballena) es un establecimiento sin personal que abrió esta semana en la ciudad portuaria de Yokohama, cerca de Tokio. Alberga tres máquinas expendedoras de sashimi de ballena, tocino de ballena, piel de ballena y filete de ballena, así como carne de ballena en conserva.
Este es el tercer local que ha inaugurado la empresa en la capital japonesa. La apertura de las otras dos tiendas se llevó a cabo a principios de año.
Planean abrir 100 locales con máquinas expendedoras para vender carne de ballena
Para el mes que viene el operador ballenero tiene previsto inaugurar la cuarta tienda en la ciudad occidental de Osaka. La empresa espera llegar a 100 locales en los próximos cinco años.
La idea es abrir máquinas expendedoras cerca de los supermercados, donde la carne de ballena no suele estar disponible, para cultivar la demanda, una tarea crucial para la supervivencia del sector.
“Hay muchos supermercados importantes que temen ser acosados por grupos contrarios a la caza de ballenas, por lo que no las comercializan. Así que hay mucha gente que quiere comer ballena pero no puede (…) por eso abrimos tiendas con la idea de ofrecer un lugar donde esas personas puedan comer”, comentó el presidente de Kyodo Senpaku, Hideki Tokoro.
Estos son los precios de la carne de ballena
Según recogen varios medios de comunicación, los precios de la carne de ballena en las máquinas expendedoras oscilan entre 1.000 yenes (US$ 7.70) y 3.000 yenes (US$ 23).
Cabe destacar que la carne de ballena ha sido durante mucho tiempo motivo de controversia, pero las ventas de las nuevas máquinas expendedoras han tenido un buen comienzo, según el operador.
Las protestas contra la caza de ballenas han remitido desde que hace tres años Japón puso fin a sus criticadas cacerías de investigación en el Antártico y reanudó la caza comercial frente a las costas del país.
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No obstante, los conservacionistas dicen que les preocupa que la medida pueda ser un paso hacia la expansión de la caza de ballenas. “La cuestión no son las máquinas expendedoras en sí, sino a lo que pueden conducir”, afirmó Nanami Kurasawa, directora de la Red de Acción Iruka & Kujira (Delfines y Ballenas).
Kurasawa señaló que el operador ballenero ya está pidiendo capturas adicionales y ampliar la caza de ballenas fuera de las aguas designadas.
Japón reanudó la caza comercial de ballenas en julio de 2019 después de retirarse de la Comisión Ballenera Internacional, poniendo fin a 30 años de lo que llamó “caza de ballenas de investigación”, que había sido criticada por los conservacionistas como una cortina usada para tapar las cacerías comerciales prohibidas por la CBI en 1988.