El hecho de que cada vez haya más sucesiones en las empresas, que van desde las familias –fundadores o inversores locales– hasta pasar a ser participadas por grupos y fondos de inversión internacionales, conlleva un cambio de escenario.
Los inversores, a garantía de su entrada en el capital y aportación, exigen que se apliquen best practices en las operaciones y que se implemente un rígido control a base de KPIs y benchmarking.
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La intuición es y será la gran aliada del retailer para llegar a evitar situaciones en las que el sobrestock haga su aparición, pero sin KPIs el retailer difícilmente va a poder llevar a cabo un buen control a medio o largo plazo de la eficiencia de las acciones necesarias para poder conseguir temporada a temporada su stock ideal.
En todo tipo de empresas, una de las principales directrices de mejora de resultados radica en el control del capital circulante como clave para asegurar un nivel de exposición financiaría saludable. Es por ello que las empresas tienen que conseguir liquidez, y la mejora forma es mediante una buena gestión inmediata de sus Stocks In-Season, durante la temporada en curso.