Jorge Ponce, director de Broadway Malyan, que entre otros éxitos tiene el de poner la imagen de Primark a la altura de otras tiendas de alta gama, indica en esta nota del portal español El Ideal Gallego su visión acerca de las nuevas tendencias de convertir los centros comerciales en una opción de ocio.
Hoy en día, la cadena irlandesa es “el ancla número uno de los centros comerciales que se pelean por tenerla. Ellos hacen las aportaciones de dinero necesarias para que fijen su súper tienda”.
¿Cómo lo logro? Pues rompiendo con la anterior, donde se veía ropa por el suelo y el caos era la nota dominante. El resto lo hizo el boca a boca.
El especialista cree que el futuro de los negocios pasa por crear una identidad propia aun formando parte de un “mall”.
Esto da como resultado que los centros comerciales sean una sumatoria de individualidades, que hacen que el cliente se identifique con una u otra.
En cuanto a despertar interés, Ponce asegura que aunque cada marca responde a una imagen con unas características determinadas, el éxito tiene que ver con la facilidad que se le da al curioso para que lo manipule todo, y fluya por la tienda sin que nadie lo moleste.
“Eso, el orden y la buena iluminación componen el a, b, c de la arquitectura retail”, refiere Ponce.
Más allá de la propia necesidad de comprar
Además, sostiene que el centro comercial debe dotar de un área gastronómica que ofrezca algo más que hamburguesas y comida rápida.
“Se está dando toda una revolución en la oferta gastronómica con sitios agradables donde poder comer, que funcionan como imán”, indica el especialista.
El ocio es otra de las claves que suman puntos a la hora de elegir las grandes superficies como destino para pasar las horas libres.
“Antes se limitaba a cines y tiendas, pero en la actualidad se está pasando de un shopping mall a un shopping resort”, afirmó.
Por último, Ponce señaló como tendencias el refuerzo de las áreas exteriores con terrazas, capaces de quitarle al conjunto esa sensación de opresión y superficialidad.
Se trata de impulsar las zonas verdes para que el paseo sea igual de agradable que cuando uno discurre por un parque. De esta forma, “el hecho de ir te da más placer y forma parte de tu actividad normal, de lo que quieres para tu vida”.
En este sentido, reconoce que las grandes marcas juegan con ventaja frente al pequeño comercio, donde “la única salida es ir a nichos específicos vendiendo productos artesanales porque si van a competir en la misma gama, no van a poder”.
Sin embargo, la adecuación de estos a la calidad de vida de los usuarios será decisiva para que se afiancen en el paisaje. No solo como escenario de compras, sino como un epicentro del ocio, restauración y paseo.
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