Así lo aseguró el diario neoyorquino The Wall Street Journal en su edición digital, en la que detalló que la cadena de videoclubes, en bancarrota desde el pasado septiembre, “se prepara para ponerse en venta después de que sus acreedores estuvieran en desacuerdo con su propuesta de que aportaran más fondos”.
El diario, que no identificó sus fuentes, aseguró que la intención de Blockbuster es pedir al juez que supervisa la bancarrota que inicie un proceso de recepción de ofertas de compra.
Además, cita al inversor Carl Icahn -famoso ya por encabezar este tipo de operaciones- y al fondo de capital riesgo Monarch Alternative como algunos de los mayores interesados, que podrían estar dispuestos a pagar unos u$s300 millones y asumir “determinados pasivos, como alquileres pendientes de locales”.
Al final de la sesión regular de los mercados estadounidenses, las acciones de Blockbuster -que no cotizan en la Bolsa de Nueva York sino en uno de los mercados secundarios no sometidos a la regulación de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos- habían subido un 25% respecto del día anterior, aunque llegaron a avanzar más de un 40 por ciento.
En cualquier caso, el valor de sus papeles sigue siendo ínfimo, ya que rondaba los u$s0,12 cada uno, lo que le confiere una capitalización bursátil de u$s24 millones.
Los planes de la empresa eran entonces reducir drásticamente el número de locales físicos de la cadena y buscar alternativas para competir con los quioscos de Redbox, el negocio por correo postal de Netflix o incluso la compra de contenidos a través de tiendas virtuales como iTunes o suscripciones a televisiones a la carta.
Mientras se dirime cuál será su futuro, Blockbuster cuenta con un préstamo de u$s125 millones de sus acreedores para mantener su actividad habitual.
En los últimos años Blockbuster ha tenido que cerrar centenares de locales de su cadena debido a una fuerte caída de ingresos por la piratería, así como al cambio en los hábitos de consumo del alquiler del DVD físico a la distribución por internet.
La crisis económica endureció las condiciones de los créditos y dificultó el acceso de la compañía a nuevos préstamos para hacer frente sus problemas de liquidez, lo que llevó las acciones de Blockbuster a depreciarse hasta el punto de que el pasado julio dejaron de cotizar en la Bolsa de Nueva York, recordó EFE.