Los banqueros siempre han estado preocupados de que Walmart, como lo ha hecho en sector retail, entre de lleno en los negocios financieros en caso el gobierno le permita abrir su propio banco. En los informes de la reunión del Consejo Consultivo Federal, obtenidos bajo la Ley de Libertad de Información, se muestra que dichas preocupaciones no han cesado.
En la reunión, los asistentes sugirieron que Walmart podría tratar de encontrar algún tipo de “puerta trasera” para entrar al negocio de servicios financieros sin hacer frente a las mismas regulaciones de las empresas tradicionales.
Así, la preocupación parece aumentar con Bluebird, un programa conjunto con American Express. Bluebird permite a los clientes de Walmart no bancarizados acceder a una tarjeta de débito prepagada que no requiere un saldo mínimo ni impone comisiones por las transacciones dentro de la red.
Los consumidores pueden hacer depósitos directos desde su lugar de trabajo o utilizar un smartphone para fotografiar cheques. Los titulares de la tarjeta también pueden hacer pagos automáticos de facturas y transferencias de persona a persona.
La compañía rechazó la noción de que, de alguna manera, sus programas de servicios financieros están regulados de diferente manera que los bancos.
“Los productos de servicios financieros que se ofrecen en las tiendas de Walmart están regulados adecuadamente”, indicó Deisha Barnett, portavoz de Walmart. “En muchos casos, el sujeto obligado es el socio de servicios financieros”, recalcó.
Walmart, así como Home Depot y Target intentó adquirir una compañía de préstamos industriales en Utah; sin embargo, se encontró con una fuerte barrera de los banqueros, obligándolo a retirarse.