Actualmente, seis de cada diez consumidores en España buscan productos saludables para echar al carro de la compra. Y es que cada vez hay hogares más envejecidos y pequeños, ya que uno de cada cuatro son unipersonales.
Son precisamente esos nuevos hogares los que han generado que los hábitos de compra de los españoles hayan vuelto a cambiar, creando una nueva tendencia.
Prueba de ello es que esos nichos de mercado -con productos saludables, cómodos y baratos- suponen ya el 27% de las ventas del gran consumo, con el permiso de los productos premium que también tiran al alza de esas ventas.
En la lista de compras se deja notar alimentos sin gluten, con menos azúcares, con menos sal, productos bio, leche fresca, pasta integral y alternativas vegetales como el tofú o el zumo recién exprimido. La razón de que todos ellos tengan ahora más adeptos no es otra que el afán del consumidor por cuidar su salud.
Atrás quedó la etapa en la que el consumidor sólo miraba el precio de los productos con los que llenaba el carro de la compra. Ahora, además de no saltarse su todavía ajustado presupuesto, el shopper busca alimentos saludables y productos cómodos.
Además de lo saludable, ya son muchos los españoles que buscan productos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, lo que en términos generales alienta las ventas de productos elaborados o recogidos en áreas próximas, es decir, la venta de productos locales y regionales.
Los fabricantes se están dando cuenta que buscan productos que se presentan en formatos reducidos y adaptados a esos nuevos hogares, que ocupan poco espacio o no requieren de stock.
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Otra de las variables que el consumidor tiene muy en cuenta a la hora de elegir con qué llenar la nevera es el precio. Y es que el ahorro sigue condicionando muchas decisiones de compra para ceñirse a un presupuesto muchas veces ajustado. Por eso, ante subidas de precio, el consumidor no duda en buscar alternativas más baratas.
Ahora bien, el hecho de que el consumidor tenga en cuenta el precio en su cesta de la compra no deja fuera de juego a los productos premium, que también están siendo vistos con muy buenos ojos por cada vez más hogares.
De hecho, el 57% de los consumidores está dispuesto a pagar más por productos de calidad, sobre todo cuando esos productos encajan en la categoría de frescos.
Nielsen destaca también que el año pasado algunas de las categorías de productos que más compraron por las altas temperaturas fueron el agua envasada, la cerveza, el hielo, las bebidas refrescantes o los helados, sin olvidar otros artículos asociados y necesarios por el calor como los repelentes y los insecticidas.
“La experiencia de compra también está muy ligada a la edad del consumidor, ya que para los seniors ir a la compra representa su momento social del día. Les hace salir de casa y les permite socializar”, explica la consultora.
Estos consumidores más mayores representan una buena parte del 55% que disfruta haciendo la compra y de ese 61% que afirma que le gusta tomarse su tiempo y recorrer el local de punta a punta.
Esa variable junto a la proliferación de supermercados de proximidad que España ha vivido en los últimos años, gracias sobre todo a las franquicias, hace que el despegue del comercio electrónico del gran consumo vaya más despacio en España que en otros países europeos.
De momento, la compra online está asociada a productos de carga, como por ejemplo la alimentación para mascotas, categoría estrella en el canal online por sus voluminosos y a menudo pesados formatos.
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