En Barcelona, España, un autobús que une el Fórum con Zona Universitaria, circula hace días con una máquina expendedora de chocolatinas y chicles en su interior según TMB, la empresa pública que gestiona el transporte en la ciudad.
El aparato permanecería seis meses con la máquina en funcionamiento, para que posteriormente -si despierta interés- TMB valore la viabilidad de colocarla de forma definitiva en otros autobuses urbanos de Barcelona.
La entidad califica la medida de “experimento” que se enmarca dentro de las diversas iniciativas puestas en marcha por la entidad para conseguir “ingresos complementarios”, algo que ya sucede en las paradas del suburbano de la capital catalana y en otras ciudades. Según ha confirmado a este medio la empresa encargada de la gestión, Wrigley, se trata de una acción pionera en España.
El aparato, de menor tamaño que los que desde hace años están instalados en los andenes del metro, se encuentra situado en la zona habilitada para cochecitos y sillas de ruedas apoyada sobre una barra. TMB asegura que se optó por un modelo “extraplano” que no ocupara mucho espacio ni molestara a los viajeros.