El Megapuerto de Chancay ha despertado las alertas en Estados Unidos. La general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de la Armada de Estados Unidos, lanzó una advertencia sobre el moderno terminal portuario, construido por la empresa china Cosco Shipping. De acuerdo a sus palabras, este puerto podría ser utilizado con fines militares.
Situado en la costa del Pacífico en Perú, ha sido clasificado por Richardson como una infraestructura de “doble uso”, lo que implica que puede ser utilizada tanto para actividades comerciales como militares. Este tipo de instalaciones no resulta ser novedoso en el enfoque de inversión de China, país que ha ampliado su influencia en diversas ubicaciones estratégicas de América Latina mediante la implementación de proyectos en el ámbito portuario, transporte y tecnología.
Según la general, las características dimensionales y la localización del Megapuerto de Chancay lo posicionan como un lugar idóneo para recibir buques de guerra chinos en caso de ser necesario. Es relevante señalar que desde el inicio de su construcción, la obra ha estado bajo la responsabilidad de Cosco Shipping, que será la única operadora del puerto tras la resolución de una demanda presentada por Perú que cuestionaba el estatus exclusivo de la empresa.
La apertura de esta megaestructura está prevista para el 14 de noviembre. Además, Xi Jinping, presidente de China, quien visitará Perú con motivo de la cumbre APEC 2024, tiene agendada la ceremonia de inauguración oficial del puerto. Richardson advirtió que el desarrollo de este tipo de proyectos no solo tendría repercusiones en Perú, sino que también forma parte de una estrategia más amplia de China en varios países de América del Sur.
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Incremento de la influencia China en la región
La alerta, publicada en un informe del medio estadounidense “Financial Times”, surgió tras el contexto de creciente rivalidad entre Washington y Beijing en América Latina, en particular por el alcance de los proyectos de infraestructura impulsados por este último a través de su iniciativa “Franja y la Ruta”.
Como es conocido, la iniciativa de la “Franja y la Ruta”, promovida por el presidente Xi Jinping, tiene como finalidad desarrollar infraestructura a nivel global y ha logrado atraer la participación de 22 naciones en América Latina y el Caribe. Esto ha permitido la consolidación de una red de inversiones en áreas como puertos, transporte, tecnología y recursos naturales.
Con China estableciéndose como el principal socio comercial de América del Sur, Richardson señaló que el país asiático está aprovechando su poderío económico para asegurar una presencia geoestratégica en la región, la cual ha sido tradicionalmente considerada bajo la influencia de Estados Unidos. Además de la expansión portuaria, otro tema que genera inquietud en Washington es la difusión de la tecnología 5G china en la región, especialmente a través de Huawei.
En este contexto, Richardson alertó a los gobiernos latinoamericanos sobre los posibles riesgos en materia de ciberseguridad que podrían derivarse de esta infraestructura, sugiriendo que el uso de redes de telecomunicaciones chinas podría abrir “puertas traseras” que permitan el acceso a datos sensibles, tanto comerciales como militares.