La mañana del primero de setiembre una noticia recorrió como reguero de pólvora todas las redacciones de economía de los diarios locales: el grupo Brescia acababa de adquirir la cementera más grande de Chile (Lafarge) en una transacción que superaba los US$550 millones.
La operación no solo representaba la más grande incursión peruana registrada en el exterior, sino que, además, confirmaba lo que muchos proyectaron que caracterizaría al mercado de fusiones y adquisiciones para el 2009: la internacionalización de los grupos peruanos a través de la compra de empresas en la región.
Y tuvieron razón. El derrotero trazado (en el 2008) por los grupos Romero y Brescia fue seguido este año por el grupo Hochschild (que incursionó en México), Montana (Chile y Ecuador) y Ferreyros, por citar algunos ejemplos. Este último anunció hace pocos días la compra de la empresa de maquinaria Gentrac Corporation, con presencia en Guatemala y El Salvador.
Durante el primer semestre del 2009 prácticamente no se registraron transacciones, pues los inversionistas se mostraron extremadamente cautos.
Las operaciones recién empezaron a reactivarse a partir del segundo semestre, y en aquellos casos en los que sí se llegaron a concretar (operaciones) se registró un cambio importante.