Hoy en día, todas las empresas coinciden en que, aunque el factor tecnológico es fundamental para que el negocio sea aceptado, es importante considerar otros elementos como el servicio al cliente, la calidad de la comida y el aseo de las instalaciones.
Y es que el avance tecnológico y la creatividad lograron que un arte que nació mudo y carente de color se convierta en algo muy diferente a como lo conocemos hoy en día. La experiencia de ir al cine ha cambiado mucho en las últimas décadas y no deja de evolucionar llegando a conquistar nuestros sentidos.
Actualmente, las salas de cine en 3D y 4D, están permitiendo que las cadenas de cines entreguen un rango más amplio de experiencias a los espectadores que en el pasado.
Hoy en día, los consumidores apuestan por visitar lugares que les garanticen una experiencia completa en entretenimiento y no solo la simple proyección de una película.
Casi todos los cines han reemplazado en los últimos años sus herramientas tradicionales de película de 35 mm y proyectores mecánicos con tecnología digital. Esto les permite a los exhibidores mostrar cualquier tipo de contenido imaginable, incluyendo eventos deportivos en vivo, conciertos, etc.
Los exhibidores también están alentando los precios de las entradas al ofrecer complejos premium o vip con pantallas gigantes, asientos reclinables, pedidos al asiento y sistemas de sonido más sofisticados.
“La industria del cine, por muchos años, estuvo estancada en cuanto a evolución tecnológica. El proceso de digitalización y el cambio tecnológico ha permitido dar mejores experiencias al público”, explicó Gustavo Sáenz, gerente general de Nova Cinemas.
Otro de los empresarios que coincide en que la clave del éxito es la innovación es Carlos Phillips, gerente general de Citicinemas, quien considera que el consumidor es cada vez más exigente al pagar por una actividad o servicio.
“Quieren que se les remunere de manera satisfactoria y de ahí es donde nosotros como cines nos hemos preocupado por todo lo que es el tema de audio, video, pantallas y comodidad. Sabemos que esa es la experiencia que el consumidor busca a la hora de venir al cine”, resaltó.
La llegada del cine 4D
Poco a poco, se empezaron a sumar ciertos extras, como la posibilidad de comer y beber adentro de la sala o el uso de anteojos especiales para disfrutar el 3D. También surgieron las inmensas pantallas IMAX, en las cuales parte de la acción queda inevitablemente afuera del campo visual.
Hace unos años, la industria empezó a desarrollar una nueva experiencia que aún está lejos de imponerse a nivel mundial pero que comienza a llamar la atención. Ya no hablamos de películas en 2D, ni siquiera en 3D: ahora, el cine es en 4D.
“La diferencia del 3D con el 4D es que se suma el movimiento de butacas, viento, humo, burbujas, olores, truenos, rayos y toda una serie de efectos especiales que dan una nueva forma de vivir la película”, señala Carlos Díaz Escudero, Country manager de Cinépolis de Perú y Chile.
Por sus características, el cine 4D sólo puede desarrollarse en salas especiales. La tecnología surgió en Corea del Sur donde, en 2009, se exhibió el primer filme en 4D. El formato llegó a América Latina en 2011, con la apertura de una sala en México.
En Sudamérica, por ahora, sólo cuenta con salas en Brasil, Colombia, Chile, Perú y Venezuela y es que la instalación de una sala 4D exige una inversión superior a los US$ 2 millones de dólares.
En definitiva, el cine ha ido avanzando de forma asombrosa en tres fases significativas: de las películas mudas a las sonoras, del blanco y negro al color y del 3D el 4D, incluyendo los efectos especiales y avances tecnológicos que hubo durante esos años.
Lo cierto es que esta nueva experiencia en salas de cine llega para ofrecer una alternativa más de entretenimiento, permitiendo a todos los espectadores vivir aún más la película de su preferencia.