De acuerdo con el último “CEO Outlook Pulse” de la consultora EY en 2024, el 45% de los CEOs priorizará la tecnología, especialmente en la transformación bajo la Inteligencia Artificial (IA) como medio para impulsar la productividad y el crecimiento dentro de los próximos 12 meses.
“Vemos que todos los sectores y geografías están participando en un carrera tecnológica impulsada por la Inteligencia Artificial (IA) que será un importante motor de crecimiento y desarrollo de oportunidades. Cabe resaltar que en materia de M&A (Fusiones y Adquisiciones), la prioridad va en la misma línea buscando acceder a nuevas tecnologías o capacidades”, destaca Enrique Oliveros, Socio Líder de Estrategia y Transacciones de EY Perú.
Hay una sensación clara de que los directores ejecutivos en 2024 tendrán más confianza en controlar lo que pueden y gestionar lo que no pueden. La resiliencia ha impulsado una perspectiva más positiva sobre su propio crecimiento y rentabilidad, y se sienten más cómodos afrontando desafíos externos fuera de su propia autoridad.
CEOs invertirán en sostenibilidad para aumentar ingresos
A mediano plazo, dentro de los próximos tres años, buena parte (43%) de los CEOs apunta a la descarbonización de sus negocios para llegar a cero emisiones netas.
Cabe señalar que más de la mitad (54%) de los ejecutivos encuestados dice que la sostenibilidad es un tema de mayor prioridad ahora frente hace un año. Sin embargo, es de resaltar que una cuarta parte ha dejado de priorizar la sostenibilidad, principalmente ante vientos financieros en contra al corto plazo, lo que resultaría decepcionante para quienes esperan que las empresas marquen la pauta en este tema.
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Otro foco importante a mediano plazo, de acuerdo con los ejecutivos encuestados (41%), será el preservación de ingresos y la creación de nuevas fuentes de estos, punto sobre el cual el factor tecnológico tendrá un rol clave.
Los CEOs han estado lidiando con muchos de los mismos problemas externos durante algún tiempo y ahora se sienten más cómodos con la capacidad de sus empresas para gestionarlos.
También existe una brecha significativa entre las perspectivas de los directores ejecutivos de América, quienes son mucho más optimistas sobre sus propias perspectivas en comparación con sus contrapartes en Europa y Asia.