La bebida gaseosa Fanta, de The Coca Cola Company, presentó un nuevo diseño de imagen en países como Italia, Polonia, Serbia y Malta y se presume que este cambio será global pero de manera gradual.
La marca de refresco sabor naranja decidió lanzar un rebranding enfocado a renovar su logro y ofrecer un nuevo packaging.
Ello debido a que es común que cada cierto periodo de tiempo las marcas realicen un rebranding, en algunos casos cambian de identidad, en otros casos, pasa por refrescar su imagen para mantenerse en el “top of mind” de sus audiencias.
El objetivo del cambio en la identidad visual y packaging de Fanta es lograr un aspecto más juvenil y contemporáneo, para posicionar la marca dentro del público adolescente.
De un logotipo completamente orgánico, se optó por una tipografía geométrica y más dura totalmente en blanco con bordes azules. También se enfatizó la hoja verde superior y se agregaron dos rodajas de naranja.
Además se modificó el diseño de la botella, con relieves que emulan la pulpa de la fruta; y una especie de torcida en la parte inferior de ésta y al contrario de lo que ocurría en la tendencia estética de sus anteriores rediseños, han apostado por la angulación de sus formas y la acumulación de elementos.
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LOS CAMBIOS
Desde 1955 Fanta, uno de los productos de la gran familia de Coca-Cola, ha ido rediseñado su marca hasta en ocho ocasiones.
Los primeros cambios estaban orientados a realizar sencillas combinaciones con tipografía y figuras geométricas.
Poco a poco fueron cambiando de tipografía –siempre gestual, de formas suaves– y añadiendo algún elemento representativo como su ya mítica hoja o los remolinos circulares sobre las que se asentaba el logo.
En 2008 decidieron simplificar la marca siguiendo con la línea estética adoptada desde el rediseño de 1997, pero limpiando el logo. Con ello favorecieron una mejor lectura de la marca y le aportaron mayor contundencia en el lineal del supermercado. Ahora, la marca vuelve a sufrir modificaciones pero esta vez mucho más rompedoras.
Con el objetivo de encontrar un lenguaje juvenil más contemporáneo y dejar atrás su aspecto más ochentero, se han despojado de las típicas formas blandas y han pasado a endurecer sus líneas. En consecuencia, la tipografía (ahora en mayúsculas), el icono de la hoja y la mancha sobre la que se apoya, han cambiado por completo.
A pesar de ello, Fanta no ha perdido el carácter informal y ha mantenido su personalidad joven y divertida. Solo queda esperar a ver si este salto estético conseguirá engrosar las filas de consumidores adolescentes en todo el mundo.