La agencia de calificación de crédito Fitch Ratings ha emitido un informe en el que ratifica la calificación soberana de Perú en “BBB” pero con una perspectiva negativa. Este anuncio se da en medio de un contexto económico complicado para el país andino, caracterizado por la incertidumbre y el deterioro de la gobernabilidad que han impactado negativamente en la inversión privada.
El informe destaca las tensiones políticas que Perú ha experimentado en los últimos tiempos, señalando que esto podría afectar la capacidad de crecimiento a mediano plazo del país y llevar a la implementación de políticas fiscales más expansivas para estimular la economía y abordar el descontento social. La agencia menciona que “la presidenta Dina Boluarte y el Congreso carecen de apoyo popular y las protestas esporádicas han continuado”.
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Fitch Ratings advierte que el país enfrenta desafíos significativos en términos de gobernabilidad y que la aprobación de reformas importantes en el Congreso, que se encuentra fragmentado, será un proceso complicado. Esta situación agudiza el escenario económico en el que se encuentra inmerso Perú.
La economía peruana ya ha entrado en una recesión técnica, marcada por una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) durante el segundo trimestre del año. Además, en agosto, la actividad económica retrocedió un 0,63% interanual, marcando la cuarta disminución mensual consecutiva. Este declive se atribuye a una serie de factores, como los efectos adversos del fenómeno climático El Niño, una disminución en la inversión privada y conflictos sociales persistentes.
En respuesta a estos desafíos económicos, el Congreso peruano aprobó recientemente un estímulo fiscal propuesto por el Gobierno para financiar gastos adicionales, especialmente en un momento en que el país es uno de los principales productores mundiales de cobre.
Rebaja en las proyecciones de crecimiento y desafíos fiscales
En el mismo informe, Fitch Ratings ha reducido su proyección de crecimiento económico para Perú. En abril, la agencia había pronosticado un crecimiento del 1.8%, pero ahora ha ajustado su estimación a un modesto 0.3%. Para el próximo año, Fitch Ratings espera un crecimiento de 1.9%. Esta revisión a la baja refleja el difícil entorno económico que enfrenta Perú y las incertidumbres que persisten.
Además, Fitch anticipa un aumento del déficit fiscal, proyectando que alcance el 2.6% del Producto Interno Bruto (PIB). Este valor supera la meta fijada para el presente año, que era del 2.4% del PIB. La caída en los ingresos fiscales es la principal razón detrás de este aumento en el déficit fiscal, lo cual está siendo compensado por una reducción en los gastos gubernamentales.
El informe también señala que las perspectivas fiscales de Perú están rodeadas de incertidumbre debido a un posible impacto mayor al esperado del fenómeno climático El Niño y posibles apoyos financieros adicionales. Esto pone de manifiesto la necesidad de abordar tanto los desafíos económicos como políticos para estabilizar la economía y las finanzas públicas del país.