El exponencial crecimiento del comercio electrónico trajo consigo novedades en la industria logística para lograr acercar los productos a los consumidores en el menor tiempo posible. Ello ha permitido la proliferación de “dark stores” y servicios ultrarrápidos en los aplicativos de delivery. Sin embargo, estos generan impactos negativos en la urbe, y Francia sería el primer país en buscar su regulación.
Este mismo crecimiento hizo imposible su regulación, aunque existe el precedente como en España que promulgó la Ley Rider el año pasado para formalizar a los repartidores. Y en muchos otro países, como en Perú, se impulsaron algunas medidas para exigir a las empresas registrar debidamente a sus colaboradores.
Pues bien, el último en buscar un control más efectivo sobre el comercio electrónico es Francia. Ha tomado medidas para prohibir las llamadas “tiendas oscuras”, esos depósitos de alimentos en el centro de la ciudad que se utilizan para entregas instantáneas a domicilio ordenadas por Internet.
Las ‘dark store’ en realidad se habrían aprovechado de un vacío legal, ya que como tal su denominación no existe. En realidad son o deberían funcionar como microalmacenes urbanos (hub).
Sin embargo, estas iniciativas generan un impacto sobre el entorno urbano que se hace evidente con el rechazo de los vecinos por los ruidos que generan estas instalaciones, la ocupación de plazas de aparcamiento para residentes y el incremento en el volumen de tráfico de motocicletas, furgonetas y otros vehículos de reparto en sus entornos.
Gobierno francés busca eliminar la ilegalidad de las tiendas oscuras
Ante el impacto que genera esta nueva realidad en la logística urbana, Francia parece que estudia limitar legalmente la implantación de ‘dark stores’ en el interior de los principales núcleos de población del país. Para ello, las autoridades galas se plantean calificar estas instalaciones como almacenes, en vez de como tiendas, para evitar su proliferación y, consecuentemente, el impacto sobre el vecindario.
De esta manera se conseguiría limitar la colocación de ‘dark stores’ a áreas acotadas por la Administración francesa, aunque, al mismo tiempo, también se estima que la nueva regulación conllevaría el cierre de muchas de ellas en todo el país que no podrían adaptarse a normas de apertura y explotación más estrictas. Según algunos cálculos internacionales, solo en París existen en estos momentos unas ochenta tiendas oscuras.

El proyecto está en redacción y se debatirá este otoño. Aunque algunos municipios de las principales ciudades se han mostrado resilientes y hasta opositores de la medida. Es el caso de ciudades como París, Lyon, Lille, Burdeos, Marsella o Niza, que han escrito una carta a la primera ministra, Elisabeth Borne, para pedir que se les deje legislar y decidir si prohibir o no estos espacios. Temen que está ley suponga legalizar todos estos negocios.
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“Una vez que se finalice este decreto, no habrá ambigüedad. Las tiendas oscuras se designarán oficialmente como almacenes, no como tiendas, lo que significa que los alcaldes locales tendrán poderes para actuar si así lo desean”, dijo la ministra de Pequeñas Empresas, Olivia Grégoire, después de una reunión con funcionarios municipales de toda Francia.
La ley regulará la instalación estos almacenes fantasma (también llamados así porque no ofrecen un servicio de cara al público), para aclarar si son comercios o almacenes y poner así coto a los que son ilegales. “Esto no es solo una cuestión de ruido y de interrupción del tráfico. Es una cuestión de sociedad”, sostuvo por su parte Camille Augey, teniente alcalde de Lyon.
De promulgarse este proyecto de ley, marcaría un precedente para el resto del mundo.
Los dark store y su impacto en el área urbana
Para el experto en logística y distribución, Jose Antonio Vallejo de VALLEJO GROUP, “algunos graves errores que se cometen, es pretender forzar el uso de una infraestructura física sin ningún sustento técnico en una operación logística, más aún, cuando se trata de una que impacta negativamente en la vida de las personas, en las ciudades y no utilizan a especialistas en logística urbana que les ayuden a diseñar una red idónea y eficiente de Hubs urbanos”.