El Grupo Gigante descarta alterar los planes de inversión que tiene para Office Depot de México, tras el anuncio de compra por parte de Staples por US$ 6,300 millones de dólares (mdd) en el mercado norteamericano.
“Grupo Gigante mantiene inalterables todos los derechos adquiridos y está atento de cualquier información adicional”, indicaron fuentes de la empresa.
Gigante cerró la adquisición del 50% que no tenía de Office Depot México en 2013. El pago le otorgó el derecho del uso del nombre y marca de Office Depot en toda América Latina, cuyos contratos se renovarán de manera automática cada 15 años sin pago asociado.
Grupo Gigante señaló que los planes de expansión en la región “se mantienen de manera normal y vigentes para este 2015.”
Actualmente, Office Depot de México cuenta con prácticamente 300 tiendas distribuidas en México y América Latina. Es líder en el mercado de artículos de oficina, papelería, muebles y productos electrónicos para oficina. Opera en 7 países incluidos: México, Colombia, Guatemala, Costa Rica, Panamá, El Salvador y Honduras.
En los primeros nueve meses de 2014, Gigante agregó 30 tiendas Office Depot a su operación, incluyendo la compra de 23 unidades de la cadena Casa Marchand.
Fuentes de Grupo Gigante dijeron que mantienen vigentes sus derechos sobre el manejo de la marca en México y América Latina, ya que cuentan con el 100 por ciento de derecho de propiedad de las operaciones en la región.
El nuevo dueño
Staples, el retailer de venta de artículos de oficina fundada en 1986, concretó la compra de las tiendas de productos de oficinas Office Depot luego de entrar en negociación esta semana.
Bloomberg informó que las acciones de la compañía se vendieron a US$11, los accionistas recibirán US$7,25 en efectivo y 0.2188 de acciones de Staples, que significaría la apropiación de 44% más de lo que representaban las acciones en Office Depot.
La compra significa que la cadena de retail Staples obtenga US$35.000 millones gracias a los activos de los locales que serán ajustados a las regulaciones. Ahora la Comisión Federal de Comercio deberá aprobar la compra para que no vaya en contra de la competencia en el mercado norteamericano.
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