La fiscal general de Oregón, Ellen Rosenblum, anunció que Google acordó pagar cerca de US$ 400 millones para resolver una demanda presentada por un grupo de 40 estados de EE.UU., que acusa a la empresa de rastrear ilegalmente la ubicación de sus usuarios.
“Durante años, Google ha priorizado las ganancias sobre la privacidad de sus usuarios (…) Han sido astutos y engañosos. Los consumidores pensaron que habían desactivado sus funciones de seguimiento de ubicación en Google, pero la compañía continuó registrando en secreto sus movimientos y usando esa información para los anunciantes”, explicó Rosenblum.
Por su parte, el fiscal general de Iowa, Tom Miller, comentó que “cuando los consumidores toman la decisión de no compartir los datos de localización de sus dispositivos, deberían poder confiar en que una empresa dejará de rastrear todos sus movimientos”.
Además del pago de la multa, el acuerdo también requiere que Google sea más transparente con los usuarios y que a partir del próximo año proporcione información detallada sobre los datos de seguimiento de ubicación en una página web especial.
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Según informa Reuters, esta es una señal de los crecientes “dolores de cabeza legales” que tiene Google por parte de los fiscales generales de los estados, quienes han atacado agresivamente las prácticas de rastreo de usuarios de la firma en los últimos meses.
Cabe destacar que el acuerdo fue dirigido por Rosenblum y el fiscal general de Nebraska, Doug Peterson, junto con otros 38 fiscales generales estatales.
Un informe reveló que Google rastreaba datos de ubicación
Un informe de 2018 de Associated Press reveló la base de la investigación, que indicaba que Google registraba datos de localización pese a que los usuarios le indicaban que no lo hiciera. El estudio descubrió que la firma había engañado a los consumidores sobre las prácticas de seguimiento de la ubicación desde al menos 2014, violando las leyes estatales de protección del consumidor.
José Castañeda, portavoz de Google, señaló que han resuelto esta investigación, “que se basaba en políticas de producto obsoletas que cambiaron hace años”.
La empresa indicó que estaría “haciendo actualizaciones en los próximos meses para proporcionar aún más control y transparencia sobre los datos de localización”.
Esos cambios incluyen facilitar la eliminación de los datos de localización. Los nuevos usuarios tendrán controles de autoeliminación que les permitirán ordenar a Google que elimine cierta información cuando alcance una determinada antigüedad.