Por pagar con exceso de billetes (seguramente le cuesta trabajo al cajero contarlos), por reclamar una mala operación, por gestión de cobranza, por horario extendido, por tramitar un crédito, por pedir su saldo, por enviarle una revista promocional a su casa; por esto, por lo otro y por aquello más que usted no puede imaginarse.
Los bancos y financieras no solo se las ingenian a diario para sacarles dinero a sus clientes, sino también para evitar que la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS ) detecte una o algunas de las formas que emplean para sacarle la vuelta a la ley y seguir aplicando costos a sus operaciones, aun cuando estos han sido prohibidos.
Y es que en los bancos y financieras, todo tiene un precio: Le cobran por ingresar dinero, por sacarlo, e incluso, aunque parezca una incongruencia, también por no hacer ni una cosa ni la otra, ya que la inactividad también tiene un costo.
En realidad las comisiones no tienen luces de neón ni se anuncian,
Por si no lo sabía, hay 11 comisiones bancarias que ya no se deben pagar desde el pasado 1 de abril. Según la SBS, estos cargos no se justifican en lo absoluto y afectaban el bolsillo de los usuarios del sistema financiero.
Entre ellas están el desembolso de un crédito, la evaluación crediticia, el levantamiento de la garantía hipotecaria, la emisión de constancia de no adeudo y la tramitación de reclamos, así hayan sido declarados improcedentes.
Si bien la SBS admite que estos cargos están prohibidos, las entidades bancarias los siguen cobrando. Solo les cambian el nombre, tal y como pudimos advertir en un recorrido por algunas oficinas bancarias en el Centro de Lima.
El cobro de una comisión debería responder a un servicio efectivamente prestado por un banco o cualquier entidad financiera. No debería cobrarse comisiones por una cuenta inactiva ni aplicarse penalizaciones ni tarifas por servicios impuestos por la propia entidad.