La turbulencia política de diciembre-enero ha tenido un impacto en la economía, afectando el crecimiento, la inflación y los mercados. describe Guillermo Arbe, Gerente de Estudios Económicos en Scotiabank Perú. Como recordaremos, tras el fallido intento de golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, varias regiones en el país incluido Lima han sido foco de severas protestas y paralizaciones.
El analista asegura que el crecimiento ya se había venido desacelerando desde antes de que empezaran las turbulencias del 7 de diciembre. Concretamente, noviembre -el último PBI mensual disponible- tuvo un crecimiento bajo de 1.7%. Fue, además, el quinto mes consecutivo de crecimiento del 2% o menos.
Scotiabank estima un crecimiento de la demanda interna inferior al 2% en el cuarto trimestre del 2022 y proyecta una del 2.4% durante todo el 2023. “Lo que se supone que hará que el crecimiento del PBI agregado supere el 2% es la entrada en producción de la gran mina de cobre Quellaveco, que esperamos agregue 0.6 puntos porcentuales al crecimiento”, explica Arbe.
El impacto de las protestas se sentirá en el crecimiento de diciembre y, sobre todo, en enero. El sur, la región donde las protestas han tenido mayor impacto, representa alrededor del 18% del PBI nacional. Empresas como Las Bambas (cobre), Antapaccay (cobre) Constancia (cobre) y Minsur (estaño) han informado un impacto en sus operaciones.
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“Varios de los sectores que esperábamos que lideraran el crecimiento en 2023 se encuentran entre los potencialmente más afectados por los eventos de violencia, incluyendo: hotelería y turismo, transporte y minería. Si bien la mayor parte del país y la economía funcionan con bastante normalidad, la región sur es grande y los bloqueos de carreteras tienen un impacto más amplio que solo el sur”, detalla el economista.
Dependiendo de la duración de la situación actual, existe cierto riesgo de que el crecimiento del PBI en enero sea nulo o incluso negativo, sostiene el Gerente de Estudios Económicos en Scotiabank Perú. “De ser así, es probable que necesitemos reevaluar nuestra previsión de un crecimiento del 2.4 % para el 2023. Es prematuro hacerlo todavía, ya que los acontecimientos aún están en evolución”.
Las protestas también han impactado la dinámica de la inflación entre diciembre y enero. Los cortes de ruta impiden el suministro normal, lo que eleva los precios de los productos agrícolas. Esto explicó que la inflación subió en diciembre de 8.4% a 8.5%, en lugar de bajar a 8.1% como podría haber ocurrido de haber sido un mes normal.
“Es probable que suceda algo similar en enero, ya que los bloqueos de carreteras nuevamente están afectando los precios agrícolas al menos tanto como en diciembre. Por lo que existe el riesgo de que la inflación a 12 meses siga aumentando”, apunta Arbe.
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Este escenario incrementa la probabilidad de que el Banco Central de Reserva (BCRP) suba su tasa de referencia a 8.0% en febrero; hoy es de 7.75%. “El dilema del BCRP es que sin duda entiende que la inflación debe comenzar a disminuir de manera relativamente pronunciada a partir de marzo. Y, sin embargo, verá una presión inflacionaria excepcional durante enero, con algún nivel de desembalse en febrero”, asevera.
Finalmente desde el área de Estudios Económicos de Scotiabank notan un cambio en el sentimiento del mercado de divisas. El tipo de cambio Sol/Dólar (PEN), que con frecuencia ha hecho caso omiso de la turbulencia política en el pasado, ha comenzado a debilitarse en los últimos tres días, asustado por los acontecimientos locales. “El futuro del tipo de cambio dependerá de cómo evolucione esta percepción de inestabilidad”, finaliza.