El grupo francés Kering, propietario de Puma entre otras marcas de deporte y lujo, y el gigante sueco H&M prueban un nuevo proceso de fabricación a partir de fibras recicladas, desarrollada por la start-up británica Worn Again.
Esta tecnología, pretende reducir el uso de poliéster por parte de la industria de la moda, ya que se trata de un derivado del petróleo. La producción de fibras de poliéster y algodón se situó en 65 millones de toneladas el 2014 y las previsiones pasan por que se eleve hasta 90 millones de toneladas el 2020.
Kering colaborará con H&M en la introducción de esta nueva tecnología, con la que se podrá crear una nueva materia prima. La división de deporte y lifestyle de Kering, con marcas como Puma o Volcom, realizará una prueba piloto antes de implantar el sistema en todo el grupo.
Un proceso que separa el poliéster del algodón y preserva el medio ambiente
La empresa británica Worn Again ofrece un « proceso inédito de reciclaje químico de textil a textil”, capaz de separar y extraer el poliéster del algodón de las prendas y textiles usados. Una vez separados, el poliéster y la celulosa del algodón pueden ser usados para fabricar nuevos tejidos, creando un “modelo circular” para los textiles, comenta Worn Again.
Este proceso entra en “su última fase de desarrollo” y será probado en las cadenas de suministro de Puma y H&M este año, subrayan las firmas. “Se trata de una solución capaz de sustituirse el poliéster derivado del petróleo” para proveer una nueva fuente de materias primas “con un impacto débil medio-ambiental para las fibras y los tejidos que llevan celulosa”, afirman portavoces de la start-up británica.
Permite sobretodo contornar una de las principales barreras del reciclaje, es decir la necesidad de descomponer las prendas en fibras mezcladas y separar del poliéster y de la celulosa los colorantes y otros agentes contaminantes.
En 2014, cerca de 65 millones de toneladas de filamentos de poliéster y fibras de algodón han sido producidos a nivel mundial. El comunicado enviado a la prensa indica que en 2020, la demanda internacional por estas fibras será de 90 millones de toneladas.