IKEA está dispuesta a embarcarse en una carrera mundial de inversiones, pero su presidente ejecutivo saliente indica que los trámites burocráticos están determinando la velocidad de las inversiones del grupo dedicado a la decoración.
Mikael Ohlsson, consejero delegado de la compañía, señaló que el tiempo que tarda el grupo en abrir una tienda se ha duplicado en los últimos años. “Lo que hace unos años nos llevaba de dos a tres años, ahora nos lleva de cuatro a seis años. Y también estamos encontrando muchos obstáculos ocultos en distintos mercados y también dentro [de la Unión Europea] que nos están retrasando”, señaló en una reciente entrevista en una tienda de IKEA en la costa occidental de Suecia.
La empresa -famosa por sus muebles de diseños pulcros, de bajos precio y embalados para el automontaje- planea crecer rápidamente en varios continentes hasta 2020, con inversiones de hasta 15.000 millones de euros a partir del próximo año.
En los cuatro años de Ohlsson al frente de IKEA, ha dirigido al grupo sueco por las turbulentas aguas de la economía que han hecho zozobrar a muchos rivales.
Decidió jubilarse en septiembre y entregar las riendas a Peter Agnefjall, de 41 años, que actualmente dirige las operaciones de IKEA en Suecia.
IKEA planea casi duplicar su número de tiendas para finales de la década, cuando espera tener 500 establecimientos.
Además, planean invertir 2.000 millones de euros en tiendas, fábricas y energías renovables este año. Pero el grupo se ha quedado corto en 1.000 millones de euros respecto a su objetivo de invertir 3.000 millones de euros en proyectos nuevos el año pasado, debido en gran parte a los obstáculos burocráticos, señaló su consejero delegado.
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