Investigar al consumidor es quizá la parte fundamental para poder identificar una oportunidad de negocio (en el caso de querer abrir un nuevo establecimiento comercial) o abordar una amenaza con antelación, en el caso de querer crecer sostenidamente.
Para cualquier empresa no solo debería ser importante conocer a sus consumidores, sino que nos animaríamos a decir que es imprescindible. Aunque se trata de una cuestión bastante lógica, en la práctica se suele dejar de lado el rol consumidor, ya que la empresa suelen enfocarse más en las necesidades del negocio.
Comprender al consumidor significa prácticamente el éxito de la empresa, porque una vez que lo identificamos, investigamos y analizamos; podemos obtener grandes hallazgos de necesidades insatisfechas que pueden dar pie a grandes ideas, productos y beneficios.
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El consumidor es el rey, es el que determina la dinámica del mercado, y cada día se encuentra más empoderado y más informado para escoger la opción que considere más valiosa. Ahí radica la importancia de enfocarnos en estudiarlo y entenderlo.
Si no lo hacemos nosotros, la competencia lo hará. Dejemos de asumir que conocemos al consumidor porque estamos ‘arriesgándonos a pecar’, refiere el gurú de marketing Philip Kotler.
Uno de los errores más comunes, en el que suelen incurrir las empresas, es el desconocimiento o conocimiento incompleto del público objetivo al que apunta la empresa. Esta situación, tarde o temprano, tiende a pasar factura.