Los precios de producción de China regresaron a territorio de deflación en febrero después de que el brote de coronavirus frenara la actividad económica.
En tanto, las restricciones de viaje y otras medidas para frenar la epidemia han sofocado las cadenas de suministro para cualquier producto que haya quedado en los almacenes, informó Reuters.
Esto ha hecho que se haya paralizado una parte importante de la producción china y de su sector terciario, dejando un panorama complicado para la segunda economía más grande del mundo y, por ende, la mundial, según informa BBC.
El índice de precios al productor (IPP) cayó un 0,4% en febrero con respecto a hace un año, según mostraron el martes los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China, ya que las estrictas medidas de contención para frenar la propagación del coronavirus causaron graves trastornos en la circulación de bienes y personas en el conjunto de la economía.
“Creo que la caída se profundizará debido a la debilidad de los precios del petróleo. La conmoción del COVID-19 y el hundimiento de los precios del crudo han eclipsado el repunte de la confianza tras la mejora de las relaciones comerciales entre EEUU y China”, dijo Tommy Xie, economista del Banco OCBC en Singapur.
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El Banco Popular de China ha intensificado las medidas de apoyo a la economía y ha reducido el coste de los préstamos para las empresas más afectadas por el brote. Se espera que se adopten más medidas de alivio, incluidos nuevos recortes en los requisitos mínimos de capital de los bancos.
“China representa un tercio de la industria manufacturera mundial y es el mayor exportador del planeta, por lo que esta caída se encuentra muy por debajo de las expectativas de los analistas, también tendrá un impacto negativo en otros países”, subraya Katie Prescott, periodista de la BBC especializada en el sector.
Por ejemplo, Foxconn, el mayor fabricante mundial de componentes electrónicos y el mayor exportador de China, mantiene inactivo a una buena parte de su fuerza laboral de más de 500.000 trabajadores, en particular los que trabajan en su macrofactoría de Zhengzhou. La firma no solo trabaja para Apple, sino para otras multinacionales como Sony, Microsoft y Amazon.
Asimismo, el cierre de buena parte de los comercios se suma a la caída de la demanda, dado que muchos consumidores siguen prefiriendo permanecer en casa y no gastar demasiado, refiere un informe de Capital Economics.
Finalmente, según Bloomberg Economics, las fábricas chinas estaban operando al 60% o 70% de su capacidad de producción a inicios de marzo.