En los últimos años, los hábitos de los consumidores han sufrido transformaciones que elevaron la apuesta por la experiencia más que por la compra solamente. La diversidad de canales y formatos de entrega, así como las ofertas y promociones que se puedan conseguir de una marca son bastante mejor aceptadas. Sin embargo, ahora último, la inflación está impulsando cambios en el modelo de consumo de los supermercados.
Y dichos cambios están orillando a las grandes cadenas de almacenes a innovar. Un artículo de The Economist revela cómo en el último año los precios de los alimentos aumentaron un 11% en Estados Unidos, lo que está motivando a las personas buscar productos más baratos y acordes a su bolsillo. El medio resalta que esta cifra es ‘muy superior al de otras economías ricas’.
Además del alto costo de comestibles, alrededor del 6% de los ingresos de un estadounidense se gastan en cocinar para la casa. Aunque los estadounidenses todavía gastan una proporción menor de sus ingresos en supermercados que los europeos, la brecha se ha ido reduciendo. En términos absolutos gastan más, aunque también comen más fuera de casa, y comen alimentos menos saludables y más baratos.
Según cita el medio un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el costo de una alimentación saludable en EE.UU. era un 65% más alto que en Gran Bretaña en 2017 –y por encima de otras grandes naciones–.
Por otro lado, a medida que los clientes cambian sus hábitos de compra, el negocio tambalea. Una caída en los precios de las acciones de las grandes supermercados se registró el mes pasado, ya que varios informaron que habían sobreestimado la demanda y almacenado demasiado. Un ejemplo de esto último es Walmart, que en menos de 3 días perdió cerca de 34 mil millones de dólares y lo mismo afectó al patrimonio de los hijos de Sam Walton (fundador).
¿Por qué las compras en supermercados necesitan una remodelación?
Entonces, ¿están haciendo algo las grandes cadenas por atender las exigencias actuales de sus clientes? Tomando a Walmart, siendo el minorista más grande del mundo y de EE.UU. –naturalmente-, una sola sucursal del formato más grande puede abarcar hasta 140.000 productos distintos. Sin embargo, esto también puede significar que estén desperdiciando espacio en artículos que nunca salen de tienda.
Los supermercados estadounidenses venden mucho menos por pie cuadrado de espacio comercial que los supermercados británicos, señala Bryan Roberts, consultor con sede en Londres citado por The Economist. Otro factor que incide en los cambios en el modelo de consumo de supermercados son las ventajas y ofertas, así como la automatización.
La tradición ‘norteamericana’ también se hace presente en esta industria, que no se actualiza a los formatos más actuales. Un ejemplo claro es que en Europa triunfan las tiendas autónomas o sin contacto, es decir, donde no hay necesidad de pasar por una caja. Amazon trabaja arduamente por impulsar este concepto con sus tiendas ‘Fresh’.
Asimismo, la inversión en logística de última milla es también necesaria para lograr márgenes en beneficios más altos, que los 2.3% que Walmart ostenta actualmente. Kroger, la segunda cadena de supermercados más grande de EE.UU., tiene un margen neto, después de impuestos, de alrededor del 1.2%.
Por último, se encuentra la competencia directa de los supermercados: los supermayoristas. Y es que este formato está creciendo fuertemente entre la preferencia de los consumidores, quienes buscan cada vez más productos más baratos. Tiendas como Costco y Sam’s Club de Walmart, donde los clientes pueden comprar al por mayor a un precio más económico, están prosperando.
Así también está la implementación de dark stores y almacenes logísticos diseñados solo para empaquetar y enviar. Pero no está claro cuánto cambiarán estas ideas la forma en que compran los estadounidenses. Aún así, mientras los consumidores se preocupan por la inflación, la presión sobre los supermercados estadounidenses para que innoven y reduzcan costos seguramente aumentará, advierte The Economist.