La inversión privada en el Perú creció un 4% interanual en el tercer trimestre de 2024, marcando una recuperación frente a los incrementos de apenas el 0.1% observados en los dos trimestres anteriores.
Según el Banco Central de Reserva (BCR), este repunte se debe principalmente al dinamismo de la inversión no minera no residencial, que registró un crecimiento del 11.4%. Sin embargo, este avance fue parcialmente contrarrestado por una contracción del 7.9% en la inversión minera, reflejo de los desafíos persistentes en este sector.
La mejora en la inversión privada se atribuye a un aumento en la confianza empresarial. A setiembre, 15 de los 18 subíndices de la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del BCR se encontraban en terreno optimista, mostrando una recuperación significativa en las expectativas económicas a corto plazo.
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El BCR destacó que varios factores contribuyeron al desempeño positivo:
Confianza empresarial al alza: Las expectativas de los empresarios sobre la economía y su sector a tres meses mejoraron, posicionándose en el tramo optimista. De hecho, 15 de los 18 subíndices de la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del BCR a septiembre mostraron optimismo.
Condiciones de financiamiento más favorables: La reducción en las tasas de interés corporativas incentivó la demanda de crédito, facilitando mayores desembolsos en proyectos.
Clima más favorable: Mejores condiciones climáticas respecto al año anterior también contribuyeron a una mayor actividad económica y de inversión.
Crecimiento de la inversión privada
El consumo privado también mostró una dinámica positiva al crecer un 3.5% interanual, impulsado por la recuperación de los ingresos reales y un mercado laboral más estable. Este desempeño refleja una mejora en la capacidad de gasto de los hogares, contribuyendo al impulso general de la economía.
Por su parte, la inversión pública registró un aumento notable del 18.8% en el tercer trimestre, impulsada por mayores desembolsos a nivel regional y central. Paralelamente, el consumo público creció un 4.6%, su mayor incremento en lo que va del año, gracias a un aumento en la contratación de servicios técnicos, profesionales y de mantenimiento, así como en la adquisición de suministros médicos y materiales de oficina.
A pesar de estos avances, el retroceso en la inversión minera sigue siendo un desafío para la economía peruana. No obstante, la combinación de factores como la mejora en las expectativas empresariales y las condiciones de financiamiento sugiere que la inversión privada podría mantener su recuperación en los próximos trimestres, consolidando al sector no minero como un motor clave del crecimiento económico.