El último producto de Apple, La tableta informática iPad; fue puesta a la venta en la costa este de EEUU. Unos 500 clientes esperaban en la tienda de Apple en la Quinta Avenida de Nueva York, constató un periodista de la AFP.
Tras una cuenta regresiva similar a la de un año nuevo, la tienda abrió sus puertas a los clientes que expresaron su alegría con aplausos, observados por muchos periodistas.
Adi Thomas, de 38 años, viajó desde Australia para presenciar el evento. El iPad “es fino, magnífico. Quiero llevarlo a mi casa y jugar con él”, declaró. Muchos fanáticos de tecnología habían acampado afuera de la tienda, algunos por más de 24 horas.
Sin embargo, el lanzamiento del iPhone en el verano boreal de 2007 había generado más fervor, con aficionados acampando por más de cinco días en Nueva York para adquirir el aparato.
La tableta electrónica se vendía en las tiendas de Apple (Apple Stores) y las de Best Buy, especializadas en material electrónico, con precios que oscilaban entre 499 y 829 dólares. Los aparatos que fueron comprados por internet también deben ser entregados este sábado.
Fabricantes taiwaneses de pantallas táctiles, subcontratistas surcoreanos de componentes electrónicos o fabricantes de baterías chinos: todos trabajan en sinergia para la fabricación de la nueva tableta informática con la que Apple promete una revolución.
“Los proveedores de iPad prevén hoy en día entre ocho y diez millones de entregas para 2010, es decir 5 millones más que en las anteriores estimaciones”, indicó la analista Katy Huberty, de Morgan Stanley. A medio camino entre una computadora portátil y un teléfono inteligente, el iPad permite navegar en Internet, consultar el correo electrónico, mirar videos en alta definición, jugar videojuegos o leer libros electrónicos.
El producto, que funciona con una batería de larga duración, es esperado con inmensa expectativa. Tras el iPod y el iPhone, el iPad es la última creación de una serie nacida en la economía globalizada, en la que componentes y ensamblaje están a cargo de subcontratistas a bajo costo y fabricantes ultrarrápidos.
Simplo Technology es taiwanesa, pero produce componentes para Apple en su usina de Changshu (este de China). Aprovechando el amplio y barato mercado laboral chino, la fábrica contrató 700 obreros adicionales desde mediados de febrero y emplea actualmente 1.800 personas.
“El calendario es ajustado y tuvimos que aumentar los efectivos para cumplirlo”, indicó una responsable del departamento manufactura Apple de la usina que no quiso revelar su identidad. “Las capacidades de producción de la batería de iPad son actualmente un 50% mayores que las de enero”, agregó.
De este modo, millones de iPad podrán ser ensamblados en China por la empresa Foxconn, con sede en Taiwan. Contando solo a la isla Taiwan, veinte empresas participaron en la fabricación del nuevo producto de Apple, según el experto Jonathan Luo, del instituto de investigación Topology.
Los grupos taiwaneses no solo se dedican al ensamblaje, sino que también están representantes en un abanico de suministros, como Catcher Technologies en la fabricación de las armazones, explicó Luo.
Sin embargo, y en general, los socios asiáticos del gigante norteamericano son poco proclives a dar a conocer sus contribuciones a los productos Apple, a raíz de los acuerdos de confidencialidad y la reticencia notoria de este último de revelar sus mecanismos internos.
Pero el surcoreano Samsung habría participado en la cadena de la producción del iPad, a través de procesadores. El recurso a una multitud de subcontratistas es estratégico para Apple: lo ayuda a enfrentar imponderables y a garantizarse, cueste lo que cueste, las entregas.