Tras dos años del impacto de la pandemia, actualmente la inflación es la que está afectando el consumo en América Latina. Los precios de FMCG (Bienes de consumo de rápido movimiento) subieron en promedio un 30% en comparación a dos años atrás.
Si bien hay una reactivación de la economía gracias a la reducción del desempleo a 8% en la región, 70% de los latinoamericanos que encontraron empleo lo hicieron en el sector informal, que paga en promedio 25% menos en comparación con el formal. Con esto, hoy se compra 30% menos unidades de Fast Moving Consumer Goods (FMCG por sus siglas en inglés) que hace dos años atrás y el canasto de Alimentos es el más afectado.
“El shopper latinoamericano está priorizando más sus gastos básicos y limita el consumo fuera del hogar. Además, quiere mantener su esquema de consumo de FMCG, por lo que empieza a visitar más canales en búsqueda de una mejor ecuación de valor. Esto se ha convertido en una tendencia en la región aumentando 14% el número de puntos de venta que visita en un año, en promedio +1 un canal en su mix de compra”, explicó Marcela Botana, Client Development Director Latam de la División Worldpanel en Kantar.
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Más datos sobre el consumidor latinoamericano
Eso lleva a un aumento de frecuencia total de compra en 1%, pero como todo es más caro, se reduce la cantidad comprada en cada viaje en un 5%. La frecuencia se recupera, pero no es suficiente para compensar el menor tamaño de la canasta de compra.
Sin embargo, logran mantener los productos que les gustan. Con eso, 84% de las categorías actualmente se mantienen o incrementan su base de compradores. “El shopper adquiere menos de cada categoría para poder mantener cada una, hasta incrementar y experimentar más. En promedio actualmente se compran +2 categorías de FMCG para consumo en el hogar en comparación con el año pasado”, agregó la directiva de Kantar.
De lado de las marcas, actualmente un tercio de éstas en Latinoamérica tienen un nivel de consumo consistente en largo y corto plazo. También se logra incrementar el número de marcas que se adquiere: 5 marcas más versus el año pasado, aunque las lleven en menor cantidad. Las Premium se benefician con esto, reforzando que una buena propuesta de valor puede tener apego, incluso en la crisis.
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“Las marcas ganadoras serán aquellas en las cuales los consumidores perciban una propuesta de valor y que se encuentren en el canal adecuado, de acuerdo con los datos de comportamiento real de más de 50 mil hogares monitoreados en América Latina”, finalizó Marcela Botana.