La presidente ejecutiva de Kraft, Irene Rosenfeld, realizaba una campaña puerta a puerta el miércoles, visitando a los principales accionistas de Cadbury para lograr apoyo para su oferta de compra de 17,000 millones de dólares.
Pero Rosenfeld encontraba muchas de esas puertas cerradas, porque varios accionistas de Cadbury decidieron no recibirla, porque consideran que la oferta hostil de Kraft es muy baja.
Kraft no quiso dar detalles sobre el itinerario de Rosenfeld.
El presidente de Cadbury, Roger Carr, dijo el martes que le asombró que Rosenfeld se tomara tanto tiempo para hacer una petición directa a los inversionistas.
Carr dijo que la oferta de Kraft es una elección entre la excelente dirección de Cadbury y las promesas sin cumplir de la firma comandada por Rosenfeld.
Kraft ha ofrecido acciones y efectivo por 10,510 millones de libras (17.120 millones de dólares) por Cadbury.
Mientras Kraft y Cadbury entran a la recta final de su enfrentamiento, otros potenciales interesados van quedando a un lado.
El gigante suizo Nestle dijo la semana pasada que no entrará en la disputa por la firma británica, mientras que la italiana Ferrero decidió no hacer una oferta, dijo el martes a Reuters una fuente familiarizada con el tema.
Se espera que el secretario de empresas británico, Peter Mandelson, sume su voz a los pedidos de los sindicatos para que los accionistas de Cadbury se resistan a la oferta de Kraft Foods, que recibió un impulso por el retiro de un posible rival.
Advirtiendo la gira de Rosenfeld, el sindicato Unite advirtió de masivos recortes de empleos y “riesgos inaceptables” si Kraft consigue lo que quiere.
Unite, el mayor sindicato de Gran Bretaña, dijo en una nota a la prensa que estaban en riesgo cerca de 30,000 empleos si la oferta de Kraft prevalecía, y urgió a los inversionistas de Cadbury a poner el interés público por delante del precio.
Unite argumentó que la adquisición de Cadbury por parte de Kraft podría poner en riesgo directo a 7,000 empleos, y al menos 20.000 más de la cadena de suministros, y dijo que Kraft no quiso dar garantías sobre los empleos y las inversiones.