Cinco cadenas de supermercados en Bolivia proyectan sus planes de inversión en el 2013 por más de US$ 20 millones. Así, apuntan a expandirse en zonas estratégicas. Ser los primeros, ya que la competencia en el “supermercadismo” boliviano es diaria y atrevida.
Hipermaxi cerraría el año con dos locales más, invirtiendo US$ 1,2 millones en cada uno; IC Norte, US$ 14 millones en un megamarket; Fidalga, más de US$ 2 millones en dos salas; y Tía, US$1,2 millones en otra sucursal. Si se suma las salas de Slan y Plaza Hipermercados, las siete cadenas de retail tienen 49 salas en el eje central del país y el 80% se concentra en territorio cruceño.
De acuerdo con fuentes del sector, una inversión en la apertura de una sucursal de supermercado demanda en promedio US$ 3 millones.
La cifra se distribuye en la compra del terreno, que según la ubicación oscila entre US$ 700.000 a US$ 2 millones; la compra e importación de productos que va entre US$ 1 y 3 millones; la implementación de equipos, el pago a más de 500 trabajadores en dos o tres turnos, y la campaña mediática para ganar la preferencia entre los usuarios.
Además, según reportes de Fundempresa a enero del 2013, 76 centros de ventas (de retail) registraron su matrícula de comercio, incluyendo empresas unipersonales.
El reporte para Bolivia de Planet Retail, difundido por la Asociación Latinoamericana de Supermercados (ALAS) recalca que la población consumidora en Bolivia supera los cuatro millones, siendo el gasto per cápita de US$ 1,592 en el 2013. Así, si bien la mayoría no acude a un súper para realizar las compras, la tendencia de compras va en crecimiento.