La empresa peruana Pieers se ha posicionado exitosamente en nuestro mercado, desafiando a marcas extranjeras más poderosas. Sin embargo, detrás de este logro se encuentra un protagonista principal: Wuilian Monterola, un empresario que pasó de ahorrar durante meses para comprar un jean, a fabricar 150 mil de estas prendas al mes. ¿Cómo construyó su propio imperio de la moda? En esta nota de Perú Retail te lo contamos.
Wuilian nació en la pobreza, como tantos otros peruanos, pero siempre fue un trabajador con una determinación incansable. Nunca recibió un regalo de Navidad, hasta que un día ganó una pelota en un sorteo. Sin embargo, la felicidad efímera de tenerla se desvaneció cuando la pelota se pinchó y se destruyó. Aun así, esto no arruinó su espíritu emprendedor, ya que ingeniosamente creó una pelota hecha de nylon de las medias de su hermana.
Desde muy temprana edad, el fundador de Pieers trabajó vendiendo marcianos en Chincha, donde creció junto a unos tíos. Wuilian también se desempeñó como lustrabotas, cobrador en microbuses y canillita hasta los 14 años.
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Los inicios
En los años 80, empezó a visitar Lima los fines de semana para acompañar a su padre en la venta mayorista de ropa a los ambulantes del mercado central, Surquillo y otras tiendas. Su padre le proporcionaba un lote de mercadería con el cual obtenía ganancias regulares, y con sus primeros billetes, Wuilian pudo comprarse ropa nueva, alimentarse mejor e incluso adquirir una bicicleta.
A pesar de su deseo de continuar estudiando, debido a la difícil situación del país, Wuilian decidió abandonar sus estudios y enfocarse en el trabajo. El joven emprendedor y su padre optaron por dejar la fábrica de sus parientes, donde también vivían, para emprender juntos su propio camino.
Se mudaron a una pequeña habitación y comenzaron a vender prendas de vestir de otras fábricas, lo que les permitió obtener un margen de ganancia mayor. Sin embargo, Wuilian tomó una decisión arriesgada pero exitosa: la confección de pantalones con pliegues de poliéster, que se convirtieron en el sello distintivo de Pieers.
Crecimiento y consolidación
Con sus ahorros, invirtió alrededor de 3 mil soles para fabricar 210 pantalones al mes. Hoy en día, la empresa Pieers produce entre 120 y 150 mil prendas de vestir al mes, generando una facturación anual de 47 millones de soles. La marca Pieers ha ampliado su oferta bajo el lema “Para toda la familia”, fabricando no solo pantalones, sino también diversas prendas de vestir.
El secreto del éxito de Wuilian fue una estrategia que observó en Chile: abrir puntos de venta con acceso directo desde la calle. “En 1995, no existía en Gamarra ninguna tienda de ropa con entrada directa desde la calle. Todos estos locales estaban ocupados por otros negocios, como pasamanerías, negocios textiles y restaurantes”, recuerda el emprendedor.
Cuando regresó a Lima, Wuilian cambió su decisión de alquilar un local dentro de una galería por una tienda con entrada directa desde la calle, cuyo alquiler ascendía a 1500 dólares. Esta decisión resultó clave para aumentar las ventas.
La empresa Pieers comenzó con un modesto taller de 180 metros cuadrados, equipado con solo 4 máquinas de confección. Con el tiempo, la fábrica se trasladó a un terreno de 240 m² en San Hilarión, donde comenzaron a trabajar con sus propias máquinas adquiridas a crédito.
En 1995, ya contaban con una planta de tres pisos construida en un terreno de 950 m².
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Actualidad de Pieers
Actualmente, Pieers cuenta con modernas instalaciones de 20 mil metros cuadrados en San Juan de Lurigancho.
El crecimiento de esta empresa ha sido asombroso y ha expandido su presencia con 58 tiendas en Perú, Bolivia y Ecuador, convirtiéndose en un verdadero imperio. Wuilian Monterola, con su determinación y visión, ha demostrado que incluso desde los orígenes más humildes, es posible alcanzar el éxito empresarial.