No solo el Covid-19 ha cambiado la experiencia de compra de los consumidores, ya que sin un smartphone esto no hubiera sido posible.
Hoy en día, las personas ansían conectarse con sus comunidades inmediatas y globales. Sentimos un gran deseo de estar solos y, al mismo tiempo, acompañados mientras realizamos nuestras actividades diarias y buscamos empatizar con las personas de otros países y aprender de ellas.
El actual contexto obliga a las marcas a pensar diferente y relacionarse con las emociones de sus clientes para poder satisfacerlos.
“Para cualquier estrategia de customer experience, hay tres retos: primero, diseñar las jornadas; después, absorber los datos que se encuentren entre esos puntos y, al final, trazar una estrategia entre esos puntos de contacto clave, siempre siguiendo el propósito de la marca”, sostuvo Daniel Machado, Head Latam del Domain de CX.
Asimismo, teniendo en cuenta el alto nivel de incertidumbre en torno al futuro de las empresas grandes y pequeñas, los empleados se esfuerzan por adaptarse y ser previsores.
Buscando una nueva experiencia de los consumidores con ellos mismos y con los demás, muchos han buscado una vía de escape. De esta forma, las personas acuden cada vez más a los medios digitales para conectarse con el arte y la naturaleza.
Por ello, las empresas deberán esforzarse para potenciar la experiencia del consumidor, resolviendo sus necesidades de forma cada vez más práctica.
Y es que debido a las restricciones de viaje que impiden a muchos subirse a un avión o alojarse en un hotel, el deseo de vivir experiencias, explorar y encontrar inspiración se empieza a sentir cada vez más como una necesidad, en lugar de un lujo.