El verdadero impacto de la pandemia del COVID-19 en los mercados de productos básicos dependerá de su gravedad, su duración y la forma en que los países y la comunidad mundial decidan responder a ella.
Según informó el Banco Mundial, esto puede dar lugar a cambios permanentes en la oferta y la demanda de esos productos y, en especial, en las cadenas de suministro que los trasladan desde los productores hasta los consumidores de todo el mundo.
Si bien la mayoría de los mercados de alimentos están bien abastecidos, la preocupación por la seguridad alimentaria ha aumentado a medida que los países anuncian restricciones comerciales y realizan compras extraordinarias
Además, los efectos económicos de la suspensión de casi toda actividad han repercutido en los mercados mundiales de productos básicos y es probable que sigan afectándolos durante los próximos meses.
El Banco Mundial en su más reciente informe refiere que los precios agrícolas están menos vinculados al crecimiento económico y solo han sufrido disminuciones menores en los primeros meses del año.
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Solamente el arroz aumentó en algunos países debido al empeoramiento de las condiciones de las cosechas y algunas restricciones comerciales.
“Se prevé que en 2020 los precios mundiales de los productos agrícolas se mantengan en general estables, ya que los niveles de producción y las existencias de la mayoría de los alimentos básicos se encuentran en máximos históricos”, informó la organización multinacional especializada en finanzas y asistencia.
Asimismo, la producción de productos básicos agrícolas, en especial en la próxima temporada, podría verse afectada por las perturbaciones en el comercio y la distribución de insumos como fertilizantes, plaguicidas y la disponibilidad de mano de obra.
Los desajustes de las cadenas de suministro ya han afectado a las exportaciones de productos perecederos como flores, frutas y hortalizas de algunos mercados emergentes y economías en desarrollo.
A pesar de que los mercados están bien abastecidos, las restricciones a las exportaciones podrían perjudicar la seguridad alimentaria de los países importadores.
Por ello, el Banco Mundial se ha unido a otras organizaciones en el llamado a la acción colectiva para que el comercio de alimentos siga fluyendo entre países.