En un momento dado muchos pensaron que el comercio electrónico, manejaría, tienen las mismas palancas de éxito que el comercio tradicional y quizá en primera instancia tan solo se trasladaron las tiendas a internet, pero las previsiones de futuro demuestran que el e-commerce es un sector nuevo que tiene mucho de imaginación, algo menos de estrategia y que pone al cliente por primera vez en el centro de la ecuación.
Hoy Europa factura en torno a 360.000 millones de euros anuales solo en compras por internet, una cifra que se sitúa por encima de Estados Unidos, en España es uno de los fortines de este tipo de compra, con una factura de 17.000 millones anuales con previsiones al alza.
Como mencionábamos, el papel de la logística y el transporte se han convertido en elementos clave en el e-commerce, no solo porque son los únicos que tienen contacto físico con el comprador final, sino que además determinan su grado de satisfacción: «No puede haber una compra feliz si el producto no se entrega bien”.
Resulta muy interesante el uso que en PayPal hacen del big data: «La gran ventaja que tenemos respecto a otros métodos de pago online es que somos un sistema cerrado; conocemos tanto al comprador como al vendedor.
El big data nos proporciona la posibilidad de manejar miles de data points para analizar cada transacción y determinar si el uno es bueno o no.En una décima de segundo hemos introducido hasta 10.000 puntos de data, y eso nos permite aceptar muchas transacciones que puedan parecer dudosas a otros y a nosotros nos parecen correctas. Puede ser un americano comprando desde Nigeria productos en China con una tarjeta francesa», explica Martín de Nicolás.
El producto fresco, la próxima etapa
Aunque en Estados Unidos es un sector en auge, Europa está internándose tímidamente en el envío de productos frescos a domicilio. Decían que la ropa y los zapatos eran productos que no se vendían por internet, y ahí tienes las cifras de venta.
La clave de su desarrollo como apuntan varios miembros de la mesa, puede residir en la confianza del comprador. «La barrera del fresco caerá cuando los clientes vean que reciben el mejor producto, cuando reciban la pera o el pescado que ellos hubieran escogido en persona y no la que está un poco podrida, si el trabajo está bien hecho y se mira por el interés del comprador, nos lanzaremos a comprarlo», dicen desde PayPal.
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