Zara, la marca insignia del grupo español Inditex, es una de las empresas españolas más conocidas en todo el mundo, con tiendas en los cinco continentes.
Lo que no es tan conocido es que la infraestructura tecnológica, basada en el cloud computing y el Big Data, es uno de los pilares de su éxito.
Ese éxito se basa en un modelo de innovación continua, que consigue reducir al mínimo el time to market de sus colecciones: desde que se diseñan y confeccionan en sus talleres hasta que llegan a las tiendas, en donde transcurre un intervalo mucho más corto que el de cualquiera de sus competidores.
Lindsey Nelson, por su lado, explica que “los empleados y vendedores están ‘adiestrados’ para hablar con los clientes y conocer sus preferencias, enterarse de lo que les gusta y lo que no, tanto de la ropa que ven en las tiendas como de la que llevan puesta, consiguiendo así una encuesta de primerísima mano de lo que es trendy en cada momento.
Gracias al cloud computing, esa información viaja casi en tiempo real desde las tiendas a los diseñadores y especialistas de mercado. Además, todos los días se analizan las ventas, para conocer qué es popular y qué no. Toda esa información convierte a Zara en proveedores extraordinariamente ágiles.
Los diseñadores, en sus mesas de dibujo, trasladan lo que piden los clientes a las nuevas colecciones. De esta forma, en tres semanas Zara es capaz de reponer su ropa, frente a la media de nueve meses que tardan competidores como Gap.
Otra ventaja de este sistema inmediato es que se ahorran costes de almacenamiento, ya que las tiendas venden lo que pide la gente en cada momento.
Por último, para que todo este entramado funcione, no hay que olvidar la importancia de la logística. La cadena de suministros de Zara es comparable en velocidad y eficiencia a grandes empresas del transporte como FedEx o UPS.