Las tendencias de consumo en América Latina se han modificado por el impacto económico de la pandemia al crecer la preferencia por alimentos naturales, productos de cuidado personal y salud, según el estudio ‘Stop The Trends”.
Al mismo tiempo los consumidores optan más por marcas que den confianza y compras en línea para no socializar o salir a tiendas, de acuerdo al estudio ‘Stop The Trends” del consultor Luis Carlos Chacón.
El estudio destaca como uno de los principales retos de las empresas el satisfacer a un consumidor más preocupado por tener una sensación de bienestar y seguridad de los productos, publicó la agencia de noticias EFE.
Al mismo tiempo, la contracción económica ha modificado el comportamiento del consumidor y las empresas trabajan en implementar nuevas estrategias. “Es necesario frenar algunas tendencias como el consumo excesivo y la dependencia de la socialización digital”, señaló Chacón.
En algunas partes se ha detectado el consumo excesivo, dada la sensación de algunas personas por temor a cierto desabastecimiento o sentirse bien adquiriendo productos que tal vez no sean tan necesarios o no es necesario comprar en exceso, destacó el experto.
ALIMENTACIÓN NATURAL SEGUIRÁ EN AUMENTO
El estudio asegura que, con el eventual fin del confinamiento, existe la oportunidad para marcas y servicios relacionados con la salud, alimentación natural por encima de la preparada industrialmente, la actividad física y el cuidado personal, entre otros.
Otras de las tendencias es el cambio en pro de la prosperidad, por lo que se debe detener el consumo excesivo, la dependencia de la socialización digital, la economía basada en combustibles fósiles, el egocentrismo como un problema social y ambiental, empaques y gestión de residuos.
Según datos de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), la pandemia ha provocado un aumento sin precedentes en los niveles de pobreza en la región con 22 millones de nuevos pobres durante el 2020, alcanzando al 33.7% de la población.
La tasa de pobreza extrema se ubicó en 12.5%, niveles que no se habían observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, modificando las tendencias de consumo.