El presidente ejecutivo de Lego, Jorgen Vig Knudstorp, dijo el viernes que el crecimiento de las ventas de sus característicos juegos de construcción plásticos probablemente se ralentizará en los próximos años a medida que vaya pasando factura la crisis en su principal mercado, el europeo.
Sin embargo, se mostró optimista de que el tercer mayor fabricante mundial de materiales de juguetes funcionaría mejor que el mercado de juguetes en general, impulsado por la creciente demanda en Asia, además de su empeño por combinar el mundo del juego físico y virtual.
Es así, que Jorgen Vig Knudstorp aseguró que “sumarse a la revolución digital y sacarle provecho es vital”, añadiendo que pasa una media de dos horas a la semana jugando con Lego.
El mercado mundial de juguetes cayó aproximadamente un 4% en la primera mitad del año, según estima Lego, afectado por una frágil economía mundial y una creciente competencia de los juegos digitales, ya sean en computadores, teléfonos móviles, tabletas o consolas.
La compañía también ha apostado por los dispositivos móviles con iniciativas como su aplicación “Life of George”, que desafía a los jugadores a realizar una construcción Lego en una cantidad de tiempo y les permite competir con sus amigos.
La clave es usar el mundo digital para alentar el juego con el producto real, porque algo que no es negociable para Knudstorp es la devoción de Lego por sus ladrillos de plástico.
Lego, con unos 10.000 trabajadores en todo el mundo, creció en ingresos un 17%, hasta 2.550 millones de euros el año pasado, mientras que el beneficio antes de impuestos aumentó un 13%.
Asia es en la actualidad su mercado de crecimiento más rápido, con aproximadamente el 50% anual. Como resultado, Lego está estudiando establecer varias fábricas en la región para ampliar su producción actual en Dinamarca, la República Checa, Hungría y México.
Knudstorp, dijo que “usamos nuestra fortaleza financiera para invertir en nuestro propio desarrollo, en personal, fábricas e innovación”.