El primer trimestre de Levi en 2021 ha sido algo difícil. El retailer redujo su facturación un 13% entre diciembre y febrero, pero continuó mejorando su rentabilidad, según ha explicado en un comunicado. La facturación llego a 1.306 millones de dólares, representando un 13% menos y un 16% menos descontando el efecto divisa.
Según informó Modaes, la rentabilidad de la marca mejoró, con un incremento del margen bruto en el primer trimestre de 250 puntos básicos, hasta el 58,2%, un máximo histórico para la compañía.
Mientras tanto, el resultado neto se mantuvo casi igual a comparación del año anterior, con 143 millones de dólares de beneficio, frente a los 153 millones de dólares del primer trimestre de 2020.
“Nuestros sólidos resultados este trimestre fueron impulsados por una recuperación más rápida de lo esperado en nuestro negocio”, ha apuntado Chip Bergh, consejero delegado del grupo.
El minorista atribuyó esta caída a las restricciones por la pandemia, el cierre de tiendas y la caída del tráfico a las tiendas físicas. Asimismo, este periodo no incluyó el Black Friday, que si fue considerado en el primer trimestre del 2020. Es por ello, que el desfase de cifras es más notorio.
Gran crecimiento en el canal online
Así como la mayoría de retailers, Levi ha tenido un gran repunte en sus ventas digitales. Esto se reflejo en el crecimiento a doble dígito, con un avance del 41% y representando el 26% de la facturación, frente al 16% del año anterior. Dentro del negocio digital, el 10% corresponde a las plataformas propias de la compañía.