Si Amancio Ortega es el tercer hombre más rico del mundo gracias a su imperio textil Inditex, otras grandes cadenas de moda como Mango o Desigual han conseguido expandirse por buena parte del planeta.
Aprovechando la recuperación económica de España, tiendas de ropa como Bimba y Lola, Shana, El Ganso, Smash!, Mismah, Paramita o SuiteBlanco están ganando terreno a nivel internacional.
No es sorpresa que estas marcas lleguen a facturar millones cada año y que generalmente entren en tiendas con un alquiler asequible, antes de trasladarse a otros locales de más prestigio en las calles más emblemáticas del mundo.
Por ejemplo Bimba y Lola fundada en 2006, registró un total de 77 millones de euros el año pasado, cuatro veces más que el primer año (17,6 millones de euros). Y actualmente ya cuenta con una red de más de 175 tiendas en el mundo.
Por su lado Shana fundada en 2010, casi dobló sus ventas en dos años, de 75 a 130 millones de euros entre 2011 y 2013.
Otro caso similar de expansión es la madrileña de moda masculina El Ganso, que alcanzó a facturar 34 millones de euros en 2013 con tan solo cinco años de existencia.
Es por esto que con la consolidación de las grandes marcas de retail españolas a nivel internacional, las nuevas firmas de moda han ganado credibilidad en el resto del mundo.
Smash!, Mismash y Paramita, marcas con mayor proyección
En el grupo catalán Smash Wear, que engloba las marcas de ropa femenina Smash!, Mismash y Paramita, la dinámica es un poco diferente.
La empresa fundada en el 2005, fabrica alrededor de 1,4 millones de prendas al año para el conjunto de sus marcas exportadas a China, Tailandia e India. Un circuito de larga distribución, con tan solo dos colecciones anuales.
Smash!, la atrevida; Mismash, la romántica y Paramita, la “chic”, registran actualmente un 20 % de la cifra de negocio global en España y un 60 % en su primer mercado centrado en el sur de Europa (Francia, España e Italia). Estas tres marcas se venden a más de 40 países del mundo en tiendas multimarcas y córners de grandes almacenes con distribuidores o agentes y podrían expandirse a lo largo del 2015 en sistema de franquicias.
“Estamos volviendo a funciones más tradicionales. Tenemos una base de clientes fieles a nuestras marcas que sabe valorar la calidad-precio de nuestros productos”, comenta Philippe Bach Rotily-Forcioly, director general del grupo Smash Wear.
En Smash!, la marca principal del grupo, los pedidos registrados para el Otoño-Invierno 2014 subieron un 6 % en comparación con el ejercicio anterior y está incrementando sus ventas un 35 % más que en la misma temporada de 2014, habiendo registrado este año unas ventas de 18 millones de euros y prevé aumentar su cifra notablemente un 25% para 2015.
Así, el pasado mes de mayo, Smash inauguró una tienda “laboratorio” para marcar presencia en la transitada calle Portaferrissa de Barcelona. “Allí probamos nuevos conceptos, nuevas ideas de merchandising y observamos las reacciones de nuestras clientas. Si el resultado es positivo exportamos estas ideas a otros puntos de venta”, explica Philippe Bach.
Con esto, se puede ver que de forma general las marcas de moda españolas se despliegan gradualmente y tienen una gran experiencia en la integración del punto de venta y en la gestión de tiendas. En el extranjero suelen dar sus primeros pasos en grandes almacenes y tiendas multimarcas antes de aliarse con socios locales y desarrollar franquicias.