Marcas deportivas ponen el foco en las necesidades del cliente
La aparición de nuevas herramientas tecnológicas ha permitido a las marcas deportivas anticiparse a las tendencias de consumo.
El sector del retail en la industria del deporte ha protagonizado grandes cambios en los últimos años a raíz de la consolidación de nuevas tendencias de consumo, la aparición de aplicaciones tecnológicas y la creación de nuevos canales para la venta como las tiendas online.
En constante evolución, este sector ha ido divergiendo en nuevas líneas de productos basadas siempre en la evolución de los hábitos de consumo del mercado y en la exigencia de los clientes, quiénes disponen de más información acerca de los productos a la hora de decidir en su proceso de compra.
Una de las principales consecuencias de esta tendencia ha sido el aumento del nivel de competitividad entre las compañías que luchan por hacerse un espacio en el mercado, cada vez más globalizado por los llamados e-commerce o tiendas online.
Marcas como Reebok han adaptado su estrategia de modelo de negocio a líneas de producto enfocadas en mayor parte al ámbito del fitness, cuya evolución a través de disciplinas como el running o el CrossFit se ha asentado de forma generalizada en gran cantidad de países.
Así pues, la especialización en proveer a los consumidores con materiales deportivos más específicos y técnicos ha sido un denominador común a la hora de atender a una demanda más exigente por parte de los aficionados al deporte.
Por ello, es cada vez menos usual ver tiendas multimarca y multideporte, en virtud de nuevas tiendas especializadas en productos de deportes concretos y distribuidos por una selección más reducida de fabricantes.
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CONOCER MEJOR AL CONSUMIDOR
Ante el incremento de la competitividad entre marcas deportivas, ajustarse a las necesidades del cliente debe ser la prioridad número uno para vender más y mejor. Mientras algunas compañías centran su foco en el producto, tratando de ofrecer un gran nivel de calidad respecto al resto de competidores, el hecho de no escuchar a las necesidades constantemente cambiantes de los usuarios, supone estar en fuera de juego.
Ante este paradigma, la aparición de nuevas herramientas tecnológicas ha permitido a las marcas anticiparse a las tendencias de consumo y modificar su oferta en función de estadísticas y preferencias de compra.