En una de las situaciones más extrañas del retail en estos tiempos, JC Penney se defiende de las acusaciones del inversionista y activista Bill Ackman, quien argumenta que la compañía no se está moviendo lo suficientemente rápido como para contratar a un director ejecutivo a tiempo completo y arreglar una situación que el mismo Ackman creó cuando ‘casi destruyó la empresa’.
El jueves por la noche, JC Penney presentó un formulario con el Securities and Exchange Commission, en la que el presidente Thomas Engibous mencionó que “la compañía ha realizado un progreso significativo desde Myron E. (Mike) Ullman regresó como CEO cuatro meses atrás, en circunstancias excepcionalmente difíciles. Desde entonces, Mike ha concretado importantes acciones para corregir los errores de la gestión anterior y llevar a la empresa a un crecimiento sostenible y rentable”.
Irónicamente, las circunstancias “excepcionalmente difíciles” fueron creadas por Ackman, quien unos años antes había adquirido un gran interés en JC Penney y luego intentó que el ex ejecutivo de las tiendas Apple, Ron Johnson, fuese nombrado como CEO. Lo que sucedió después se ha convertido en una leyenda para el retail en la historia en la que Johnson se embarcó en un gran plan que le costó grandes cantidades de dinero; y sin respuesta, dio lugar a la caída de las ventas del retailer.
Johnson fue expulsado a principios de este año y reemplazado por Mike Ullman, quien es la misma persona a la que Ackman no pronostica un buen trabajo.