La calificadora de riesgo internacional Moody’s ha cambiado la perspectiva de estable a negativa de las calificaciones de emisor a largo plazo Baa1 en moneda extranjera y local del Gobierno de Perú.
Los cambios de perspectiva se deben a que la calificadora observa riesgos sociales y políticos que aumentan los retos para mantener la gobernabilidad, la eficacia de las políticas y la solidez económica.
La afirmación de la calificación Baa1 refleja que la solvencia soberana sigue estando anclada en la solidez del balance del gobierno y en la expectativa de Moody’s de que las instituciones y las políticas generales de Perú resultarán eficaces en el futuro para contener la erosión de las presiones procedentes del entorno sociopolítico.
LEA TAMBIÉN: Economía peruana crecería menos de 1,9% en el 2023 por protestas, según Moody’s Analytics
La calificadora agregó que los límites máximos en moneda local y extranjera de Perú se mantienen sin cambios en Aa3.
La diferencia de cuatro niveles entre el techo en moneda local y la calificación soberana se mantiene, lo que refleja la falta de brecha entre el techo en moneda local y la ausencia de restricciones de balanza de pagos, controles de capital, controles de cambio y restricciones en moneda extranjera o local.
Fundamentos de la calificación
La calificadora Moody´s detalló los fundamentos que fueron determinantes para tomar la decisión:
El malestar social tras la destitución del expresidente Pedro Castillo, junto con los riesgos políticos asociados, amenazan con debilitar la fortaleza de Perú.
Las persistentes perturbaciones políticas y sociales pueden erosionar aún más la inversión, con consecuencias negativas para la fortaleza económica.
Los enfrentamientos sociales recurrentes, que denotan una incapacidad para abordar el descontento social, corren el riesgo de socavar la gobernabilidad al absorber una importante capacidad ejecutiva.
Además, socavar aún más la credibilidad del poder legislativo, potencialmente más allá del actual gobierno de transición.
Este entorno puede limitar la capacidad de adoptar reformas que mejoren el clima de inversión y abordar eficazmente los retos estructurales de Perú.
Los conflictos sociales recurrentes pueden conducir a un deterioro gradual de la solidez institucional y dar lugar a sucesivos gobiernos con mandatos débiles y menor capacidad para preservar la estabilidad.
Con una capacidad reducida para preservar la continuidad de las políticas y un enfoque a mediano plazo para la formulación de políticas.
LEA TAMBIÉN: Moody’s reduce proyección de crecimiento del PBI peruano a 2.3% para 2023
Por último, Moody´s refirió que, pese a que la confianza empresarial repuntó tras la destitución de Pedro Castillo como presidente en diciembre, el malestar social y la incertidumbre sobre el resultado de las próximas elecciones generales pueden lastrar de forma duradera la economía, socavar la confianza de los inversores y afectar la actividad económica.