Para los especialistas en marketing la transacción resultaría “lo suficientemente barata, como para que los fondos buyout salgan contentos”, detalla Reuters. Al tiempo que destaca que, con esta operación, Mark Schneider, CEO del gigante suizo Nestlé, podría verse beneficiado en materia medioambiental.
Desde el 2019, el negocio del agua embotellada ha venido mermando sus ganancias como consecuencia del cambio de filosofía de la marca al impulsar un crecimiento orgánico, que resultó ligeramente positivo para la compañía.
Y, el año pasado, en el marco de una crisis sanitaria, los confinamiento significaron para la empresa, menos agua embotellada consumida, lo que probablemente se tradujo en ingresos que estaban por debajo de lo estimado.
Esta tendencia, explicaría el por qué tanto One Rock Capital como Metropoulos valoraron tan baja su oferta para la adquisición de la franquicia, en cuyo monto se calcularon sólo 1,1 veces las ventas del 2019, “un descuento enorme en comparación con el múltiplo de 1,7 al que cotiza su par canadiense Primo Water”, indica la citada agencia de noticias.
Asimismo, Euromonitor espera que el mercado norteamericano de agua embotellada regrese a los niveles en los que se encontraba antes de la pandemia para el año 2022, aumentando desde los 561.000 millones de dólares percibidos en 2019, hasta 575.000 millones de dólares a finales del 2021.
COMPROMISO
El máximo representante de Nestlé, asumió el compromiso de transformar su negocio del agua hasta convertirla en una operación neutra en carbono para el 2025, con el objetivo de que Acqua Panna, S. Pellegrino y Perrier lo sean el próximo año.
Esta sería una de las medidas más audaces para impulsar sus credenciales ambientales, así como mantener el compromiso de eliminar de su producción el plástico de un solo uso.