Tanto los shoppers colombianos como las tiendas de barrio están pasando por un proceso de reconfiguración en su forma de consumir y ofrecer productos y servicios.
Según datos de Fenalco, en este país existen aproximadamente 260 mil tiendas tradicionales, las cuales han tenido que sortear desafíos como la llegada de nuevos competidores, además del ‘golpe’ que trajo la pandemia a la economía.
Por su lado, de acuerdo a la división de consumo masivo de Kantar, nueve de cada diez colombianos compran en tiendas de barrio durante el primer semestre del año.
Así mismo, estos formatos recuperaron gasto y frecuencia de compra en mayo, llegando a crecer 9,3% en valor comparado al mes de abril.
“Vemos un aumento en el ticket promedio de los colombianos que pasó de 5.600 pesos en febrero a 7.200 pesos en mayo. Así mismo, las categorías que más aportaron para su recuperación fueron gaseosa, cerveza y leche líquida”, destacó Juan Caro, director comercial de Kantar.
COMPRAS, VALOR Y FRECUENCIA
Durante los cuatro meses que abarcan el inicio de la pandemia y la reapertura gradual, se ve una recuperación en valor y frecuencia, donde la coyuntura generada por el COVID-19 hizo que marzo y abril fueron bastante negativos para el canal de compras: se presentó una reducción del valor total de -20% y en la frecuencia de compra de -21%.
Sobre el consumo masivo en Colombia, los primeros seis meses del año se caracterizaron por tener un promedio de desembolso por compra mayor, de igual manera aumentó el volumen por cada unidad adquirida.
En ese orden de ideas, las cifras generales muestran que el valor de la canasta de consumo masivo fue de +6,4%; el volumen se estableció en +4,9%; el precio medio por unidad es de +8,2%; la frecuencia de compra cayó 9,5%; y el desembolso por compra +15%.
CAMBIOS EN LAS OCASIONES DE COMPRA
Además, las salidas restringidas generaron la aparición de nuevas ocasiones de consumo así como el desplazamiento del presupuesto fuera del hogar de los colombianos hacia dentro, lo cual favoreció a la industria en general.
En este contexto, los métodos de pago también modificaron su rol en los primeros trimestres del año. Pero en cada país de Latinoamérica se escribió una historia diferente.
Colombia se posicionó como el más dinámico en cuanto al pago con tarjetas, creciendo un 13% de un trimestre a otro.
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