La expansión del aeropuerto Jorge Chávez, destinada a modernizar el principal terminal aéreo del país, ha generado preocupación entre las autoridades migratorias. Fernando Núñez, director de Registro y Control Migratorio, advirtió sobre los desafíos operativos que traerá la reducción de espacio en las zonas de salida y llegada del nuevo terminal, lo que podría causar largas esperas y potencial caos para los viajeros.
La preocupación radica en la reducción del 40% del espacio disponible en la zona de salidas del nuevo terminal, comparado con el actual. Esta situación quedó en evidencia durante la primera prueba realizada por Lima Airport Partners (LAP), donde un solo vuelo internacional provocó que las filas superaran los límites de la sala de migraciones, extendiéndose incluso fuera del área designada.
“Durante el ensayo realizado por LAP, el equipo de Migraciones fue testigo de cómo, con apenas un vuelo internacional, las filas en el control migratorio rápidamente desbordaron el espacio. La reducción de la superficie destinada a este proceso en el nuevo terminal fue evidente cuando los pasajeros tuvieron que formar una fila que alcanzó a salir del recinto, mostrando así una imagen preocupante del futuro de la atención migratoria en el Jorge Chávez”, explicó Núñez.
“Nosotros hemos advertido como Migraciones que tenemos menos espacio que el actual, lo cual para nosotros es preocupante”, señaló Núñez en una entrevista para el programa Cuarto Poder, subrayando la gravedad de la situación y la necesidad urgente de tomar medidas para evitar un colapso.
Migraciones advierte riesgo de colapso en salidas y llegadas
La situación se torna aún más alarmante al conocer las cifras específicas: en el nuevo terminal, la zona de salidas contará con 509 metros cuadrados, lo que representa una reducción del 40% en comparación con los 805 metros cuadrados disponibles actualmente en la terminal en uso.
Núñez indicó que, incluso bajo las condiciones actuales, el flujo de pasajeros puede provocar saturación durante las horas de mayor afluencia. Por lo tanto, esta disminución en el área disponible podría acarrear consecuencias graves. “Si ya vemos que colapsa el espacio actual con salidas continuas, ¿cómo será en el nuevo terminal? Ese es precisamente el riesgo que nosotros hemos advertido”, afirmó el funcionario.
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La zona de llegadas, que históricamente registra el mayor flujo de pasajeros, también experimentará una reducción, aunque en menor medida: el espacio en este sector se disminuirá en un 20%. La Superintendencia Nacional de Migraciones pone en tela de juicio la lógica que subyace a estas modificaciones, especialmente dado que se anticipa un incremento en el tráfico aéreo internacional en los próximos años.
“¿Por qué se reducen todos los espacios? Es algo que también nosotros nos preguntamos”, añadió Núñez, formulando una pregunta que genera preocupación tanto en las autoridades como entre los usuarios.
Estrategias para mitigar el impacto
En respuesta a esta problemática, Migraciones planea implementar varias medidas preventivas. Entre ellas se contempla el aumento del personal de inspección en el nuevo terminal, que pasará de 15 a 21 inspectores. Esta estrategia tiene como objetivo agilizar los procedimientos de entrada y salida de pasajeros.
Sin embargo, Núñez advierte que, a pesar de la ampliación de personal, esta medida podría no resultar suficiente si la demanda de pasajeros continúa en ascenso y el espacio físico permanece limitado.
Asimismo, la institución está considerando la implementación de nuevas tecnologías y la mejora de los procesos de control migratorio con el fin de reducir los tiempos de espera y optimizar el flujo de personas en el área. “Con la implementación de nuevas tecnologías y mejoras de procesos, esperamos mitigar los riesgos que esta situación pueda significar”, explicó Núñez.
Entre las tecnologías consideradas para su adopción se incluyen sistemas de autoatención para el escaneo de pasaportes, el uso de puertas electrónicas con control automatizado, y un refuerzo en los sistemas de verificación de identidad.
Los desafíos de la creciente demanda en el nuevo terminal
El sostenido aumento del tráfico aéreo en Perú, impulsado por un crecimiento en el sector turístico y en los negocios internacionales, presenta un panorama desafiante para el aeropuerto Jorge Chávez en los próximos años. Según datos oficiales, la cantidad de pasajeros que transitan por este terminal ha crecido de manera constante en la última década, y el nuevo terminal ha sido diseñado precisamente para hacer frente a este incremento.
Desde Migraciones, Núñez expresó que una de las principales preocupaciones es que esta situación se convierta en un obstáculo para los pasajeros: “Lo que sucedió en el ensayo fue una muestra de lo que podría ocurrir a mayor escala si no se toman medidas adecuadas. No queremos que nuestros usuarios experimenten demoras innecesarias ni malestar”.