Los casos de COVID-19 se han disparado en Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia desde mediados de diciembre debido a la variante Ómicron. Y ante este contexto preocupante es inevitable preguntarse: ¿Cuánto afectará Ómicron a los comercios en el Perú y la región andina?
Primero es necesario recordar que entre el 1 de diciembre y el 10 de enero, los casos diarios por millón de personas se multiplicaron por diez en Colombia, nueve veces en Bolivia, seis veces en Perú y cinco veces en Ecuador.
En tanto, Bolivia tiene la mayor tasa per cápita de casos nuevos con 769 por millón de habitantes, seguida de Colombia con 464, Perú con 304 y Ecuador con 105, según datos de la Universidad Johns Hopkins de EE.UU.
Sin embargo, las tasas de mortalidad cuentan una historia diferente, lo que refleja la gravedad reducida de Ómicron. Las muertes por millón de habitantes en Colombia y Perú no cambiaron sustancialmente entre principios de diciembre y el 10 de enero, y Ecuador experimentó una disminución en la mortalidad durante ese período.
Solo en Bolivia las tasas de mortalidad han aumentado significativamente, con muertes por COVID-19 por millón de habitantes saltando de 1,1 el 1 de diciembre a 2,8 el 10 de enero. Sin embargo, el Ministerio de Salud de Bolivia informó que la tasa de mortalidad de esta ola de infecciones es solo del 0,7%, muy inferior al 6,2% de la primera ola en 2020.
Estas cifras probablemente reflejan los diferentes niveles de vacunación en los cuatro países. En Ecuador, el 71% de la población estaba vacunada al 10 de enero, la tasa más alta de la región andina. Perú y Colombia tienen tasas de vacunación del 66 % y 57 %, respectivamente, mientras que Bolivia, con un 40 %, tiene una de las tasas de vacunación más bajas de América Latina.
Volatilidad económica por delante
De acuerdo al análisis realizado por Control Risks, Ómicron agrega un nuevo elemento de incertidumbre a una perspectiva económica desafiante para la primera mitad de 2022. Incluso si los gobiernos evitan los cierres y las restricciones importantes a las empresas, la rápida propagación de la variante, a pesar de sus síntomas menos graves, interrumpirá las operaciones comerciales a medida que los trabajadores se enfermen.
La nueva ola de infecciones por COVID-19 también amenaza con exacerbar los cuellos de botella de la cadena de suministro global. En China, donde el gobierno está comprometido con una política de “cero COVID”, los cierres en las ciudades portuarias de Tianjin y Ningbo, así como en el centro de fabricación de Xi’an, han afectado la logística y las operaciones de las principales multinacionales.
Mientras tanto, las empresas estadounidenses de transporte y logística también han informado sobre escasez de trabajadores. Estas interrupciones aumentarán los precios de algunos alimentos y bienes industriales importados y, por lo tanto, contribuirán a la inflación, que es especialmente pronunciada en Perú y Colombia.
Implicaciones comerciales
Las empresas pueden esperar interrupciones operativas durante el próximo mes, debido a que la rápida propagación de Ómicron obliga a los empleados a reportarse enfermos. Las aerolíneas y los proveedores de atención médica ya se ven particularmente afectados por la escasez de personal, y se puede esperar lo mismo en las próximas semanas para las operaciones de minería, construcción y manufactura.
Además, los analistas de Control Risks afirman que, en los países que implementan los mandatos de vacunas, las empresas enfrentarán un escrutinio cada vez mayor de la aplicación de las nuevas reglas y enfrentarán sanciones por incumplimiento.
En términos más generales, la expansión continua de Ómicron en todo el mundo (y la probable aparición de nuevas variantes) prolongará la cadena de suministro y la volatilidad del tipo de cambio durante el primer trimestre de 2022, lo que afectará el costo y la disponibilidad de insumos y materiales importados.