Ni fruta ni carne ni productos de limpieza. Las estanterías vuelven a estar vacías en los principales supermercados de Estados Unidos por culpa de la variante ómicron de covid-19, que está causando numerosas bajas de personal, que coincide con nuevos problemas en la cadena de suministros.
“No he encontrado todo lo que he venido a comprar; algunas estanterías estaban vacías, quería ‘kleenex’ y algunas cosas para limpiar, pero no había”, lamentaba una clienta de 50 años de Washington DC, en declaraciones a Efe en la puerta de un supermercado.
Es que dentro de algunos establecimientos pareciese que hubiera pasado un huracán por la sección de frutas y verduras, y encontrar carne de ternera o pollo se ha convertido en una quimera, aunque sí es posible hallar papel higiénico, que brilló por su ausencia al inicio de la pandemia.
Se agudiza el desabastecimiento
En Washington y en los estados vecinos, Maryland y Virginia, la nieve ha agudizado este problema de desabastecimiento recurrente desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
“No hay suficientes camioneros y como están sujetos a regulaciones estrictas en cuanto a horas de trabajo y descanso, dicen ‘vamos a parar’, bueno, pues paran y no nos abastecen”, explica un empleado del supermercado Giant de Bethesda.
Además, una multitud de empleados a lo largo de la cadena de producción de alimentos están enfermos o en cuarentena, lo que interrumpe por completo la cadena de suministro.
“La variante ómicron es tan contagiosa que tiene un impacto casi simultáneo en todo Estados Unidos”, subraya Patrick Penfield, de la Universidad de Syracuse.
“No podemos producir tantos alimentos como necesitamos. No hay suficientes personas para entregar los alimentos, e incluso cuando los alimentos se entregan en el supermercado, no hay nadie para descargarlos o colocarlos en los estantes”, indica Penfield.
El problema se prolongaría unos meses más
El fenómeno está muy extendido en todo el país norteamericano, pero es más significativo en las regiones que también se enfrentan al mal clima, que ha originado tormentas de nieve y fuertes lluvias en varios estados.
Por esta razón, los estantes de muchos supermercados lucieron vacíos durante el fin de semana, pues había nevado durante la noche del jueves al viernes en varios estados.
Algunos expertos señalan que la escasez de productos alimenticios se prolongaría hasta finales de marzo, siempre y cuando, todo vuelva a la normalidad y no haya una nueva variante del COVID-19.
Supermercados toman medidas
La Federación Nacional de Comercio (NGA), que representa a los actores independientes en el sector minorista de alimentos, también señala que la escasez de mano de obra continúa “a nivel nacional, ejerciendo presión sobre las industrias esenciales, como los supermercados y la industria alimentaria en general”.
En una encuesta reciente de sus 1,500 miembros, varios de ellos “informaron haber operado sus tiendas a menos del 50% de su capacidad laboral normal, por períodos breves, en el punto álgido de la ola” de contaminación.
Mientras tanto, los supermercados están tratando de encontrar soluciones para llenar el vacío en sus estanterías. Los trabajadores de estos establecimientos llenan las primeras filas con los productos que sí están disponibles y para los productos escasos solo ponen unos cuantos para evitar que el mismo cliente se lleve los pocos que hay.