El reconocimiento facial para hacer las compras en el supermercado ya es una realidad. Cada vez más establecimientos del mundo comienzan a emplear este revolucionario método de pago. La actualidad nos lleva a Rusia, donde X5 Retail Group, el primer grupo minorista de ese país, ha introducido esta tecnología en los diversos supermercados de la compañía en Moscú.
El grupo empresarial X5, al que pertenecen importantes marcas como Perekrestok et Pyaterotchka, se ha aliado para ello con el sistema de pago Visa, así como con Sberbank, la principal institución bancaria y estatal rusa.
Se prevé que el número de supermercados conectados al sistema alcance los 3.000 establecimientos en todo el país de aquí a finales de 202, según señaló Ivan Melnik, director de innovación de X5.

¿Cómo funciona el sistema?
El reconocimiento facial en el supermercado permite pagar las compras simplemente bajando la mascarilla y mirando a la cámara. Sin duda, “un sistema práctico ya que no requiere llevar la cartera encima o sacar el teléfono del bolsillo. Basta con pulsar un botón y pagar con tu rostro”, explica Melnik.
Además, el directivo ha afirmado que estas transacciones son “seguras y encriptadas”, ya que una cámara 3D (que mide la profundidad de la cara) evita los intentos de usurpación de identidad.

Detrás de este sistema está Sberbank, que desde hace varios meses propone a sus decenas de millones de clientes (70% de los rusos usan sus servicios, según el grupo) registrar sus datos biométricos para acceder al pago por reconocimiento facial, una tendencia que se ha visto acrecentada por la pandemia y el deseo de los consumidores de contar con medios de pago que no precisen de dinero en efectivo.
Pero existen inconvenientes
Sin embargo, esta tecnología no parece haber llegado para quedarse, al menos de momento, en Europa. Esto debido a que la Unión Europea se planteó prohibirla en ciertos lugares públicos para evaluar sus riesgos.
La principal ventaja de la tecnología de reconocimiento facial en el retail es que permite el pago inmediato, sin pasar por caja y sin necesidad de personal. Todo ello a través de aplicaciones diversas.
El inconveniente más importante se encuentra, precisamente en la imprescindible cesión de datos que implica esta tecnología. No obstante, datos de Oracle Hospitality Survey señalan que el 55% de los consumidores estaría dispuesto a ceder sus datos en pro de este reconocimiento facial.

Los motivos que manifiestan son su interés en conseguir “interacciones más profundas e influyentes” y en “ser reconocidos para recibir servicio y experiencias más relevantes”.
En Rusia, la legislación es clara: “Los ciudadanos deben consentir el uso de sus datos biométricos, pero en el caso del reconocimiento facial, no lo hemos consentido”, indica una campaña contra la ‘vigilancia masiva’ apoyada por la Asociación de Defensa de las Libertades Digitales Roskomsvoboda.