En uno de los anuncios, por ejemplo, se puede ver el testimonio de una mujer negra que habla de su paso por el Ejército estadounidense y que asegura que, aunque fue seleccionada para trabajar en diez grandes compañías, finalmente optó por Walmart, porque “entiende la importancia del desarrollo de su gente”.
Mientras se lee un rótulo que afirma que “Walmart es una de las empresas que más veteranos contrata”, al tiempo que otro anuncio se centra en el cambio que supuso para una madre latina de cuatro hijos que vivía de la ayuda social conseguir un contrato a tiempo parcial en una tienda de la cadena: “Hoy puedo decir que me compré mi propia casa”, dice la protagonista entre lágrimas.
Esta campaña se suma a otras anteriores en las que Walmart ha tratado de ganarse la confianza de los neoyorquinos durante la época de crisis alegando que, como reza su lema “Ahorra dinero. Vive mejor”, su presencia en la ciudad permitiría a las familias recortar gastos y superar mejor estos tiempos difíciles.
Las autoridades municipales mantendrán el jueves una nueva vista pública sobre la petición de Walmart de entrar en Nueva York, en la que está previsto que empleados y antiguos trabajadores de la compañía relaten sus experiencias para tratar de convencer del efecto negativo que tienen las tiendas de esta cadena en la comunidad que les rodea.